No puede moverse ni hablar. Tampoco puede comer ni beber. Ni siquiera respirar por su cuenta. A pesar de eso, Jordi Sabaté se confiesa un enamorado de la vida, pero ya no puede más y ha lanzado un grito de desesperación en redes.
"Si no encuentro a nadie, me veré obligado a pedir la eutanasia, ya que no existe ayuda pública de cuidados de expertos para los enfermos de ELA", ha comentado Jordi, que lleva nueve años con esclerosis lateral amiotrófica.
Jordi es un activista contra la ELA y visibiliza en sus redes su lucha. Quiere seguir viviendo, pero para ello "necesito profesionales sanitarios que me cuiden. En estos años, gracias a cinco ángeles de mi familia, he podido pagar 200.000 euros y gracias a ellos no estoy muerto".
La persona que le estaba cuidando ha dejado su trabajo y Jordi no encuentra a nadie con experiencia para mantenerse con vida.