Cortarse el pelo en el centro de Jerez mientras se oye buena música. Es la premisa de David Loreto, peluquero jerezano de 40 años que se ha cansado de trabajar para una franquicia y ha iniciado una carrera en solitario. Desafiando a la crisis de los 40, ha asumido el reto de montar su propio negocio. "Por el momento no me han dado ningún palo", bromea.
"Me he pegado muchos años trabajando para una franquicia grande y lo he dejado porque estaba muy quemado, no sé si será la crisis de los 40. He dicho que me voy por mi cuenta y en ello estoy", explica.
David se ha lanzado a emprender en un contexto donde en Andalucía ha aumentado en 11.903 el número de parados en enero. El paso de la Navidad ha dejado un total de 646.742 desempleados en la comunidad, que aun así es la cifra más baja en este mes desde 2008. Y es la menor subida desde 2018. Desde 1996, cuando hay registros, solo ha bajado el paro este mes en cuatro ocasiones.
Abrió La Guarida en la calle Tornería a mediados del pasado noviembre. Y no le va nada mal desde entonces, a pesar de que no era una empresa fácil a priori. "Hay bastante movimiento. La gente no está acostumbrada a venir al centro si no es para ir a los bares y a cuatro tiendas. Yo soy de aquí, yo llevo toda mi vida viviendo en San Mateo y tenía muy claro que si tenía que abrir en algún sitio tenía que ser aquí, en el centro. Yo soy un enamorado del centro. El hándicap del aparcamiento siempre ha sido y será así, pero poco a poco todo va encaminado a que sea totalmente peatonal y que la gente aparque fuera y haga la vida dentro".

El barbero jerezano considera que en el centro de Jerez "vive más gente de lo que pensamos y también en los alrededores. Aparte también vienen clientes míos que yo tenía de donde trabajaba antes".
Por unas cosas o por otras, pero en menos de dos meses ya se ha hecho con una buena clientela que ya sabe que en La Guarida se lleva lo tradicional. "Yo voy más encaminado a una barbería tradicional, no tanto de tintes ni cortes modernos. Siempre con la vista puesta en el día a día porque al final es lo que te da de comer. La edad media de mi clientela va de 30 en adelante, aunque yo hago todo tipo de cortes".
Y dentro del estilo propio de David está la música que suena, que va mucho más allá del reguetón: "El trabajo tiene que ser una extensión de mí mismo. Yo soy un tío al que le gusta mucho la música y para mí es súper importante trabajar con buena música. Se oye tanto rock como rhythm and blues y soul. La gente está acostumbrada a las barberías y lo que se escucha es reguetón y para de contar. Se termina convirtiendo en un servicio muy tranquilo y muy personal".

En definitiva, se trata de un espacio donde el cliente busca sentirse cómodo y "esconderse del día a día. Yo tengo recuerdos de cuando los hombres se pegaban todo el día en la barbería. Cuando iban a pelarse no hacían más planes. A mí me gustaría recuperar un poco eso. Que la gente que venga hable, que se sientan cómodos, que no sea un trámite cortarse el pelo. Aquí viene gente que se corta el pelo cada 15 días, los hombres ya se preocupan mucho más por su aspecto".
Será por eso que no hace lo de otros peluqueros, que en cuanto que reciben la visita de un famoso les falta tiempo para presumir en redes sociales. "Tengo gente conocida que viene y no suelo subir historias con ellos. Para mí lo principal es el cara a cara y pasar un buen rato con la gente. No quiero regodearme en esas cosas", concluye.
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