La historia del 'príncipe durmiente': muere tras 20 años en coma

Con apenas 15 años sufrió un accidente de tráfico que le provocó una hemorragia cerebral masiva. Su padre optó por mantenerlo con vida mediante soporte vital

Dos imágenes del 'príncipe durmiente' junto a su padre.
21 de julio de 2025 a las 10:35h

En 2005, un accidente de tráfico en Londres marcó el destino del joven príncipe Al Waleed bin Khalid Al Saud, miembro de la poderosa familia real saudí. Con apenas 15 años, y mientras estudiaba en una academia militar británica, el impacto le provocó una hemorragia cerebral masiva y múltiples lesiones internas. Fue trasladado de urgencia a la Ciudad Médica Rey Abdul Aziz, en Riad, donde quedó en coma persistente. Los médicos ofrecieron un diagnóstico desolador, sin esperanzas de recuperación, pero su familia, liderada por su padre, el príncipe Khaled bin Talal, optó por mantenerlo con vida mediante soporte vital, desafiando así el criterio científico y apostando por un milagro que nunca llegó.

El símbolo de una espera interminable

Durante casi dos décadas, Al Waleed fue conocido como “el príncipe durmiente”, símbolo de una historia congelada en el tiempo que conmovió a miles de personas dentro y fuera de Arabia Saudita. Su imagen, postrado en una cama de hospital, se convirtió en una representación de la esperanza inquebrantable, del duelo en vida y de una familia que nunca renunció. Este fin de semana, su padre comunicó su fallecimiento a los 36 años a través de las redes sociales, con un mensaje cargado de fe y resignación: "Con un corazón que cree en la voluntad y el destino de Dios, y con profunda tristeza, lamentamos el fallecimiento de nuestro amado hijo". La publicación fue acompañada por imágenes del príncipe y versículos del Corán.

El funeral se celebró en la Gran Mezquita Imam Turki bin Abdullah, en la capital saudí, en un acto solemne que reunió a miembros de la familia real y a representantes de diversas instituciones del país. La muerte de Al Waleed no solo pone fin a un extenso y doloroso capítulo familiar, sino que deja al descubierto las profundas preguntas éticas que han rodeado su caso durante años.

El dilema de la vida artificial

El fallecimiento de Al Waleed bin Khalid Al Saud ha reabierto un debate médico y ético que sigue dividiendo opiniones en todo el mundo: ¿debe mantenerse artificialmente con vida a una persona sin expectativas de recuperación? Su caso pone en primer plano el delicado equilibrio entre la fe, la ciencia y la dignidad humana. Mientras algunos defienden el derecho de las familias a aferrarse a la esperanza, otros cuestionan si se trata de una prolongación innecesaria del sufrimiento.

El caso del príncipe Al Waleed se convirtió en un ejemplo extremo de este conflicto, generando reflexiones en ámbitos tan diversos como la bioética, el derecho islámico y los derechos del paciente. En Arabia Saudita, la postura del príncipe Khaled bin Talal fue vista como un acto de profunda fe y resistencia frente a un destino adverso. Durante años, compartió imágenes y actualizaciones sobre el estado de su hijo, agradeciendo las oraciones y el apoyo recibido. La historia de su familia refleja una visión profundamente arraigada en la cultura saudí, donde la fe religiosa y el valor de la vida humana tienen un peso determinante en las decisiones familiares y médicas.

Ahora, con el fallecimiento de Al Waleed, se cierra una historia que, más allá del dolor, deja una huella indeleble en la conversación global sobre los límites de la medicina moderna, la esperanza ante lo irreversible y el amor de un padre que, pese a todo, se negó a dejar de luchar.

Sobre el autor

Rubén Guerrero

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