52 minutos esperando a que una ambulancia llegara a casa. Es el tiempo que estuvo Jesús Caro temiendo por la vida de su padre tras haber avisado al 061 a través de un botón del servicio de teleasistencia que su mujer pulsó el pasado 5 de octubre. Tras reiterados avisos, en los que se les dijo que todas las ambulancías estaban ocupadas y luego que iba en camino, la agónica espera no sirvió para nada. Finalmente y tras acudir una ambulancia de El Puerto, Francisco Caro ya había fallecido cuando los sanitarios intentaron reanimarle, según cuenta su hijo.
Es por ello que pese a haber interpuesto una reclamación, ahora la familia ha decidido denunciar en los Juzgados al Servicio Andaluz de Salud (SAS) con objeto de conocer lo que sucedió. En declaraciones a Diario de Jerez, Francisco reconoce que lo que no quiere "es que esto quede así; no buscamos dinero, sólo que se sepa lo que pasó". Al mismo tiempo, el hijo del fallecido expresa su indignación. "Creemos que ni siquiera vino un médico y la propia compañía de decesos nos lo dijo, porque no pudieron hacer el certificado de defunción", denuncia, insistiendo en que vinieron dos policías nacionales para que no se pudiera entrar a la habitación, donde su padre yacía en el suelo.
El fallecido, que fue durante más de 20 años propietario de un conocido quiosco en la avenida Ingeniero Ángel Mayo, tenía cita con su médico del centro de salud de San Benito esa misma mañana, empezó a encontrarse mal al incorporarse. "No paraba de decir que se moría", señala Jesús.En el momento del suceso se encontraba también otro de los hijos de la familia, que se turnaban para no dejar solo a Francisco, que tenía colocados dos stent con objeto de desobstruir una arteria del corazón y que no pudo salvar su vida a sus 81 años.
Las críticas por la espera de una ambulancia no son casos aislados. Un vídeo que se hizo viral hace un par de años mostraba cómo una mujer atropellada en un paso de peatones de la avenida de Europa se llevó también casi una hora herida en plena calzada. Joaquín Fernández, su marido, protagonizó una marcha contra los recortes en la sanidad pública.