Abro la puerta y de forma instintiva, sin pensar, digo, “¡qué bien huele!” Al rato, una señora, que había acompañado a su hija, abre la puerta y antes de entrar por completo en la tienda dice, ¡qué bien huele! En esos minutos fuimos dos personas las que coincidimos, pero lo hubiera repetido cualquiera que se hubiese acercado. De hecho, según la propietaria, es lo primero que dice todo el mundo al llegar. Después de saludar, eso sí.
Hablamos de ‘Poompa’, un novedoso local en San Fernando que trabaja con cosméticos y productos de higiene ecológicos. La ideóloga es Lucía, una joven – pero no novata – extremeña con una relación muy particular con la Isla. Y no es novata porque este es el tercer negocio en el que se embarca, aunque espera que sea el definitivo.
¿Qué lleva a una extremeña a arriesgar su patrimonio en una ciudad como San Fernando? La provincia de Cádiz sigue teniendo una de las tasas de paro más altas del país. Andalucía se mantiene como la comunidad autónomica donde hay menos oportunidades laborales, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). La pregunta es aún más pertinente porque hablando con Lucía se confirma que el acento no es de la zona y ni siquiera ha pasado grandes periodos de tiempo en la Bahía de Cádiz. Pero sus padres sí. Lucía es hija de dos cañaíllas que tuvieron que emigrar a tierras extremeñas hace 35 años por trabajo. Ella recuerda pasar navidades y veranos, poco más. Ahora, ha dejado a su pareja en Madrid para aventurarse en este proyecto. Mientras se estabiliza, vive con sus padres, que también han regresado.
"Siempre le digo mis padres que no he nacido aquí, pero creo que sí llevo en la sangre el estilo de vida andaluz"
Aunque barajó localidades de Extremadura o Madrid para establecerse, Lucía afirma que “quería hacer el cambio de vida aquí, en San Fernando”. “Lo analicé, vi que no tenía este tipo de establecimiento, pero sí había cercanos que funcionaban, la vivienda es más económica y el estilo de vida es más tranquilo. Para mí era una prioridad ser la primera que se ubicase en San Fernando”, explica Lucía.
“El estilo de vida de aquí más tranquilo, la gente… yo siempre le digo mis padres que no he nacido aquí, pero creo que sí llevo en la sangre el estilo de vida andaluz porque me gusta mucho socializar. Vine sin pensármelo”, confiesa.
Hace dos años a Lucía le diagnosticaron psoriasis. En ese momento, su dermatólogo comenzó a recetarle distintas cremas, aunque todas hechas de forma artificial. Ninguna le funcionaba demasiado bien. Un día, en uno de estos momentos que tiene la vida, pensó que aquello no podía ser demasiado bueno. Y decidió probar un buen jabón natural que no le metiese “cosas sintéticas”. “A partir de ahí fue como magia borras, empezaron a irse todos los granos y hasta el día de hoy, que no me ha salido ninguno”, declara Lucía.
"El objetivo es convertirme en una franquicia. Yo nunca me pongo techo"
Aquello fue el primer paso para entrar en el mundo de los cosméticos y la higiene ecológica. El segundo fue probar los champús. A Lucía se le abrió un mundo. Tras conocer todas las posibilidades que ofrecían esos productos, se lanzó a formar parte de él. De ahí nació ‘Poompa’, su empresa. De momento sólo tiene un local, pero el objetivo es “convertirme en una franquicia. Yo nunca me pongo techo”.
Esta extremeña se define como “emprendedora” y “autodidacta”. “Aprendo de leer y leer y leer y hacerme curso y leer”, señala con entusiasmo en su local. Antes, estuvo casi dos años presente en el mundo online comercializando este tipo de productos. Para dar el paso definitivo cuenta que ella veía algunas tiendas con productos ecológicos de limpieza y otras de productos ecológicos de cosmética, “he querido juntar las dos cosas, las dos propuestas”, afirma. “Hay oferta online, pero es verdad que es complicado encontrar un sitio en el que ofrezcan champú 100% orgánico y 100% natural”.
Entre las curiosas ventajas de estos productos está poder llevarlos en un avión. Más allá de esto, Lucía explica otras mucho más importantes, “al estar simplemente usando productos 100% naturales, le estamos dando más vitaminas y nutrientes al pelo, no solamente te estás lavando la cabeza, es que le estás aportando una serie de cosas que un champú al uso hecho con química artificial no te las puede dar. Hay gente que después de probar esto nota mucho el cambio”.
Una de las cosas más complicadas del proceso ha sido encontrar proveedores para unos productos tan concretos, “ha costado”, contesta Lucía. La joven emprendedora ha pasado bastante tiempo de sus últimos años recorriendo ferias de muestras y estableciendo relaciones con los fabricantes. Ella deja claro que trabaja principalmente con empresas pequeñas o autónomos, laboratorios familiares de una o dos personas. Entre otras cosas porque empatizan más que los grandes fabricantes. La calidad del producto es el principal requisito que pone, aunque también incide en la importancia de que los envíos no sean en envases de plástico u otros productos perjudiciales para el medio ambiente.
"Empecé online porque considero que es una buena forma de testar el producto sin tener el sobrecoste de que lo que supone un local"
Y es que en la tienda encontramos la coherencia que se espera de productos ecológicos. Llevarse una pastilla de jabón en una bolsa de plástico es imposible en ‘Poompa’. Los productos líquidos de limpieza, por ejemplo, están en bidones para que la gente rellene las botellas que trae de casa. Por si acaso, Lucía tiene allí algunas, pero para reutilizar. Junto a la puerta, un espacio para reciclar y dejar los envases de plástico que sobren en casa.
En una época en la que los comercios físicos están obsesionados con aparecer en internet, llama la atención que alguien tome el camino inverso, de la red a la calle. Sus razones suenan convincentes, “yo empecé online porque considero que es una buena forma de testar el producto sin tener el sobrecoste de que lo que supone un local y porque si funciona online va a funcionar en una tienda física”. De esto último da fe tras un mes de vida.
Hay algo que todavía falla para Lucía. Apenas van hombres a la tienda pese a que se venden productos que utiliza todo tipo de persona. Lo ilustra con una sencilla cuestión. Lucía está buscando a dos personas, un chico y una chica, para promocionar lo que vende a través de la cuenta de Instagram del negocio. Para la chica no ha encontrado problemas, pero no es capaz de dar con un chico al que le guste estos productos y tenga formación en el sector.
"Le doy mucha importancia a la atención al público, no estoy aquí para vender por vender"
En la apuesta va sin miedo a que sea un área que empiecen a explorar las grandes superficies y tiene muy clara sus bazas, “mi fuerte en comparación con una empresa grande es que yo le doy mucha importancia a la atención al público, no estoy aquí para vender por vender. Eso quizás las grandes empresas, donde sus empleados es gente contratada, quizás lo pueden controlar menos”.
Con un vistazo rápido encontramos jabones y champús para distintos tipos de pelo, accesorios de luffa – una especie de calabaza – que funcionan como una esponja, jabones de Alepo – obviamente traídos de Siria –, manteca de mango para la piel – en bote de cristal –, productos básicos de limpieza – desengrasante, friegaplatos, limpiabaños, etc. –, todo ello con materiales y fabricación ecológica. Un mundo nuevo para muchos que ya tiene su espacio en San Fernando.
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