El servicio de Emergencias 112, dependiente de la Junta de Andalucía, ha elaborado una guía junto al Instituto Geológico Nacional y la Universidad de Granada para saber cómo actuar en caso de terremoto.
Lo primero que contiene la guía es una explicación de qué es un terremoto. El epicentro, explica, es el lugar donde se inicia el terremoto, que puede ser bajo tierra o más superficial. Las réplicas son menos potentes y posteriores al evento principal.
La magnitud indica la energía liberada en el movimiento sísmico, mientras que la intensidad es el efecto de la sacudida en un lugar determinado, por ejemplo, en un edificio concreto.
Los terremotos se sienten a partir de la magnitud 3. Menos de eso, no es posible, generalmente, que los humanos lo aprecien.
Los seísmos, recuerdan en el 112, no pueden predecirse, pero sí es posible prevenir las peores consecuencias, razón por la cual surgen guías como esta.
Antes de un terremoto, es recomendable, según el 112, tener preparadas en una zona accesible las siguientes cosas: linternas, agua embotellada, botiquín, radio con pilas, silbato y extintor. Quizás no es habitual, pero es, en cualquier caso, la recomendación del 112.
Antes, además, es bueno ensayar con la familia o convivientes y reconocer zonas seguras de salida en caso de emergencia.
Para disminuir riesgos, es bueno asegurar objetos que están sostenidos sobre las paredes: es decir, no tener cuadros tambaleantes, espejeos o televisores mal colocados. Deben aguantar una sacudida.
Además, hay que aprender dónde están las llaves de corriente de luz y gas, además de ubicar correctamente el cuadro de luz para cortarla llegado el caso.
Durante el terremoto, si estás en interior, hay que alejarse de las ventanas y tumbarse en el suelo. Es ideal cubrirse debajo de una mesa ante posibles caídas de lámparas, estanterías o falso techo. Para ello, hay tres pasos: agacharse, cubrirse y agarrarte, por ejemplo, a la pata de una mesa robusta.
Si estás en el exterior, hay que retirarse de edificios, muros y postes eléctricos.
En cualquier caso, el 112 hace un llamamiento a mantener la calma, no entrar en pánico y no huir despavorido. Si estás en conduciendo, hay que parar en zona segura y permanecer en el interior, lejos de muros o postes.
Para las personas con movilidad reducida, es importante, si van en silla de ruedas, frenar y proteger la cabeza con los brazos.
Un error es utilizar el ascensor para salir antes de un lugar, algo que no es nada recomendable porque la persona tiene muchas posibilidades de quedarse encerrada.
Si estás descalzo y vas a salir a la calle, es recomendable calzarse antes de salir de un lugar.
Una vez ocurrido el suceso, es importante alejarse de edificios con posibles daños y no entrar en ellos. Si estás atrapado, usa un silbato, si lo tuvieras a mano, o golpea con un objeto la zona para que seas oído y puedas indicar tu posición.
Si es posible, comprueba a tu alrededor si hay alguna persona herida, aunque intenta no moverla tú mismo si está realmente dañada.
Posteriormente, sigue solo cuentas oficiales para recibir comunicación, intenta mantener la serenidad y estate atento a posibles réplicas. Puedes llamar al 112, pero solo en caso de emergencia, que alguien de verdad necesite ayude. No colapses las líneas innecesariamente.
En los colegios, hay protocolos propios que pasan por contar con plantes de evacuación y autoprotección, en los que los docentes deben estar formados, manteniendo la calma y siguiendo las instrucciones del profesor, quien velará por la seguridad de los pequeños y, si es necesario, evacuará a la clase de forma ordenada.
Para el miedo posterior, la primera respuesta es concienciarse de que es un evento inevitable, que hay que saber responder a las propias emociones, que el miedo es natural, pero que hay que intentar controlar esa ansiedad.
Los pequeños, tras el terremoto, pueden sufrir también miedos, ante lo que hay que tratar de calmarles, darles respuesta y priorizar que estén seguros.
Puedes consultar la guía completa del 112 para terremotos aquí.
