Este lunes llega el otoño: las fechas claves para no perderse las dracónidas o las leónidas

A partir de ahora, el Sol sale por la mañana más de un minuto después que el día anterior y se pone más de un minuto antes en la Península Ibérica

Una lluvia de estrellas.
22 de septiembre de 2025 a las 08:47h

El otoño de 2025 en el hemisferio norte da comienzo este lunes 22 de septiembre a las 18.19 UTC (20.19 hora oficial peninsular española), según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional. Esta estación se prolongará durante aproximadamente 89 días y 21 horas, concluyendo el 21 de diciembre con la llegada del invierno.

Aunque en meteorología el otoño se inicia el 1 de septiembre, su comienzo astronómico coincide con el equinoccio de septiembre. Este fenómeno ocurre cuando el Sol cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el sur, lo que provoca que la duración del día y la noche sea prácticamente la misma.

El equinoccio de septiembre marca, además, el inicio de la primavera en el hemisferio sur. La fecha exacta del equinoccio varía ligeramente cada año, pudiendo ocurrir entre el 21 y el 24 de septiembre. Durante el siglo XXI, el otoño se iniciará principalmente los días 22 y 23, con el inicio más temprano registrado en 2096 y el más tardío en 2003.

Todos los fenómenos

Entre los fenómenos astronómicos destacados durante el otoño de 2025 se incluyen varias lluvias de meteoros. Se espera que las dracónidas alcancen su máximo alrededor del 8 de octubre, las oriónidas el 21 de octubre, las leónidas el 17 de noviembre y las gemínidas el 14 de diciembre. Asimismo, las lunas llenas se producirán el 7 de octubre, el 5 de noviembre y el 5 de diciembre.

El inicio del otoño coincide con el período del año en el que la longitud del día disminuye con mayor rapidez. En la península ibérica, esto se traduce en que el Sol sale por la mañana más de un minuto después que el día anterior y se pone más de un minuto antes, provocando que el tiempo de luz diurna se reduzca casi tres minutos por jornada.

Estas variaciones se deben al modo en que el calendario encaja con la duración de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, así como a la sucesión de años bisiestos y no bisiestos. Este fenómeno marca un cambio progresivo en la duración del día que se percibe especialmente en la transición del verano al otoño.

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Emilio Cabrera

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