Para muchas personas sus mascotas son prácticamente como uno más de la familia. Por eso es habitual que cuando viajan se los lleven con ellos aunque no suelen hacerlo de la manera correcta. La DGT ha advertido de que no llevar a los animales debidamente amarrados puede ser motivo de multa además de poder convertirse en un factor muy peligroso para la conducción.
Según la normativa de circulación es obligatorio que el conductor mantenga una posición cómoda y adecuada y debe asegurarse de que el resto de ocupantes del vehículo hagan lo mismo. Partiendo de esta base ya se empieza a vislumbrar cuál es el problema, y es que en muchas ocasiones las mascotas van sueltas o atadas de forma muy tibia al cinturón de seguridad. Pese a que existen collares y cinturones homologados para animales, se han dado casos en los que, aún usándolos, los conductores han sido multados.
El motivo es simple: independientemente del dispositivo de retención que se use si se deja demasiada holgura el animal puede interferir en el espacio del conductor, algo que está terminantemente prohibido. La multa por no llevarlo correctamente atado dependerá de la situación en la que se encuentre. Si va en el suelo estará fijada en 80 euros, pero si va sobre los asientos o se encuentra situado en el regazo o en el espacio del conductor oscilará entre los 200 y los 500 euros. Además en este último caso al considerarse una infracción grave se penaría con la pérdida de 6 puntos del carnet.
Así pues la solución que proponen desde la DGT es el uso de un arnés enganchado al cinturón de seguridad. De esta forma se podrá evitar que la mascota en cuestión se desplace libremente por el vehículo e imposibilitará que salga despedido en caso de choque. También recomiendan el uso de un transportín sujeto con el cinturón de seguridad porque al haber poco espacio el animal no se moverá y en caso de colisión el sistema de retención absorberá el golpe.