Así era el feudo del clan de los 'Comía' en Chipiona: entrenaban perros para atacar a los genitales

Diez detenidos de esta trama dedicada al menudeo las 24 horas del día, que ha venido a sustituir al clan de 'la Pinilla' en Sanlúcar, ya están en prisión. Dos guardias civiles resultaron heridos cuando se inició la investigación por dentelladas de los perros de presa del líder de la banda de narcos

Así era el feudo del clan de los 'Comía' en Chipiona: entrenaban perros para atacar a los genitales. Imágenes de la 'Operación Jaco' de la Guardia Civil.

La Operación Jaco llevada a cabo por la Guardia Civil ha desmantelado el feudo de los Comía, un clan de narcos muy activo en la Costa Noroeste de Cádiz, con base en Chipiona. Los integrantes de la trama desarticulada son presuntos responsables de la distribución de heroína y cocaína al menudeo en la zona de la desembocadura del río Guadalquivir y había ocupado la hegemonía del tráfico de heroína y cocaína en este terrritorio, después de la desarticulación del conocido clan de la Pinilla, en la vecina Sanlúcar.

El pasado miércoles 22 de diciembre se pusieron a disposición judicial diez de los detenidos, así como a otros seis investigados, decretándose el inmediato ingreso en prisión sin posibilidad de fianza para los diez arrestados. La operación, ha expresado la Benemérita en una nota de prensa, ha sido desarrollada por el Puesto Principal de Chipiona, siendo tutelada y dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de los de Sanlúcar. De igual forma, se ha contado con el apoyo y el esfuerzo de la Fiscalía Antidroga y de los letrados de la Administración de Justicia, "sin cuya total cooperación no se hubieran podido llevar a cabo los registros de manera simultánea, siendo esto clave para alcanzar con éxito los objetivos marcados".

Y es que en los citados registros domiciliarios, se ha podido comprobar el auténtico feudo en funcionamiento las 24 horas del día que el clan había edificado, con perros de raza peligrosa a los que adiestraban para atacar en las partes genitales de sus víctimas. Los registros se produjeron durante la mañana del pasado día 21 de diciembre, cuando se llevaron a cabo seis entradas y registros domiciliarios simultáneos en una pequeña barriada de Chipiona, que componían el feudo de este clan, cuyo líder, como se ha dicho, utilizaba perros de raza potencialmente peligrosa adiestrados específicamente para atacar a la orden de su amo, como tuvieron la desgracia de comprobar recientemente tanto una patrulla de la Guardia Civil, como un integrante del clan al que el líder acusaba de quedarse con papelinas de cocaína.

En la operación se han incautado 150 gramos de cocaína, 20 gramos de heroína de gran pureza, además de sustancias de corte y medicamentos psicotrópicos con los que adulterar las dosis, de las que se han incautado más de 80 ya preparadas para su venta. La actuación de la Guardia Civil, se enmarca dentro de las actividades preventivas de seguridad ciudadana del Plan Operativo de Respuesta Policial al Tráfico Minorista y Consumo de Drogas en Locales y Zonas de Ocio, que busca proporcionar a nuestros jóvenes espacios libres de drogas y otras conductas perjudiciales en su desarrollo.  

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Registros de la 'Operación Jaco' en Chipiona.

La operación se inició cuando la Guardia Civil, tuvo constancia que desde la desarticulación del conocido clan de la Pinilla, asentado en Sanlúcar, otro grupo de personas, unidos entre sí por fuertes lazos familiares, habría ocupado el puesto de suministradores de heroína, cocaína y rebujo en la comarca del Bajo Guadalquivir.

Este clan se habría asentado en una barriada muy concreta de la localidad de Chipiona, donde tenían repartidos distintos puntos de venta de estupefacientes, diferenciando tipos de sustancia y perfiles de clientes, atendiendo a los adictos las 24 horas del día, todo ello a pesar de residir en los domicilios con menores de muy corta edad.

Gran cantidad de 'aguadores' por toda la zona

La investigación de los guardias civiles se veía dificultada por las numerosas medidas de seguridad que tomaban en sus actividades ilícitas, teniendo repartidas por la zona gran cantidad de vigilantes o aguadores, como se les conoce en el argot de los narcos, que advertían de la posible presencia policial. Su forma de actuar consistía en no disponer de grandes cantidades de sustancia en un mismo domicilio, para evitar pérdidas en caso de una intervención policial o un robo por parte de algunos de sus clientes.

Para evitar esto último, tenían los domicilios diferenciados por sustancia ofrecida, de manera que la madre del líder de la organización se ocupaba de la venta de cocaína, mientras que el líder y otros miembros de la organización varones o de menor nivel, se ocupaban de las ventas de heroína y rebujo, por ser sus compradores personas de un perfil más conflictivo.

La frecuente ida y venida de consumidores generaba un clima de inseguridad entre los vecinos, que tenían que soportar a cualquier hora  peleas y disputas entre las personas que acudían a comprar sus dosis, si bien el carácter violento del líder de esta organización acallaba cualquier protesta que pudiera originarse, ya que era frecuente verle acompañado de perros de raza peligrosa, a los que adiestraba específicamente para atacar a la orden de su amo.

Dos guardias civiles heridos por los perros de presa del líder del clan

Tanto es así que el pasado mes de junio, durante una identificación policial, dos miembros del clan utilizaban uno de estos canes para agredir a dos guardias civiles, que resultaron heridos en la intervención, finalizando la misma con la detención de ambas personas, uno de ellos por atentado a los agentes de la autoridad y otro por atentado y una requisitoria anterior de un Juzgado de Sanlúcar.  Además de esto, en el pasado mes de septiembre, el líder del clan utilizó a otro de sus canes para castigar a uno de sus peones al que acusaba de haberse quedado con un número indeterminado de papelinas de cocaína, causándole el perro numerosas heridas por mordeduras que requirieron su ingreso hospitalario.

Por todo ello y tras numerosas vigilancias y dispositivos de interceptación de consumidores de droga, a los que se les intervinieron pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes adquiridas en los domicilios controlados, todas ellas atadas con hilo de color, como marca de la casa.

Tras obtener los correspondientes mandamientos judiciales de entrada y registro para 8 domicilios y una finca rústica, en la madrugada del pasado 21 de diciembre a las 05.30 horas, más de 100 guardias civiles de distintas Unidades tanto de la propia Comandancia de Cádiz, como del Grupo de Acción Rápida, GAR, se desplegaban en la barriada donde se ubicaban los seis domicilios controlados, realizando estas entradas de manera simultánea y coordinada, siendo registradas con posterioridad otras dos viviendas y la finca rústica.

Como se ha dicho, durante la intervención se incautaron 143 gramos de cocaína, 20 gramos de heroína, 62 gramos de hachís, 72 papelinas de heroína, 15 de cocaína, un bote de pastillas de tranquimazin y otras sustancias de corte, además de balanzas, envasadoras al vacío y otros elementos que sustentaban los hechos investigados. Junto a todo esto se incautaron multitud de teléfonos móviles, dispositivos electrónicos, más de 5.000 euros en moneda muy fraccionada, 5 patinetes eléctricos y una motocicleta de gran cilindrada.

Sobre el autor:

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P. S. M.

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, máster de Urbanismo en el IPE. Antes en Grupo Joly (2004-2012), Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Miembro de número de la Cátedra de Flamencología; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Socio de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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