Empujones, puñetazos y un mordisco: un guardia civil provoca una "reyerta" por una mancha de kétchup

El hijo de su amigo abrió un sobre de la salsa y se la echó por encima al agente, un comportamiento que derivó en una discusión en la terraza donde se encontraban

La Guardia Civil ha logrado localizar al hombre que acosaba a una mujer embarazada.
La Guardia Civil ha logrado localizar al hombre que acosaba a una mujer embarazada.

Un sobre de kétchup y el comportamiento de un niño en una terraza de Cáceres ha acabado con un final indeseado. Un guardia civil perdió los papeles cuando el hijo de su amigo, con los que estaba tomando algo en una terraza, abrió un sobre de kétchuo y se lo vertió encima. 

El Tribunal Supremo (TS) ha ratificado la sanción impuesta al hombre por vulnerar la dignidad de la Benemérita con su conducta. El agente desencadenó una escena la noche del 5 de septiembre de 2020 cuando el agente, su pareja y unos amigos disfrutaban en un bar. Sin embargo, todo se torció cuando el hijo de 10 años de uno de los amigos vertió un sobre de kétchup sobre el guardia civil, que afeó el comportamiento al niño y desencadenó una discusión.

Según detalla la Benemérita, el padre del menor le dijo que si seguía dirigiéndose a su hijo le iba a "dar una hostia", a lo que el uniformado respondió "que no se pusiera tan chulo". Según el relato recogido por la Sala de lo Militar del TS, "la discusión desembocó en una serie de enfrentamientos físicos" -"con empujones, puñetazos e incluso un mordisco" que requirió puntos de sutura-- entre el guardia civil y su pareja, por un lado, y el resto de amigos.

Al final, el agente del Instituto Armado, con el torso desnudo porque la ropa se le rompió "durante el forcejeo", se dio a la fuga. Hasta tres patrullas de Policía Nacional se desplazaron a la zona para encontrar al guardia civil. Una vez localizado, "hizo caso omiso" al "alto" que le daban los policías. No obstante, pudo ser interceptado por una cuarta patrulla.

Se negó "reiteradamente" a identificarse, por lo que fue detenido y, "como se resistía a entrar, hubo de ser introducido a la fuerza en el vehículo policial, que golpeó varias veces desde dentro". Ya en comisaría, "pudieron comprobar que era la segunda vez que ese señor causaba problemas", según testificó uno de los policías que intervino.

Ante el juez instructor que le investigó por un posible delito leve de lesiones, declaró que se arrepentía de lo ocurrido, "por no haber sabido controlar debidamente la situación, sin que fuera su intención que se manchara la imagen institucional ni desobedecer a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía". Además, reconoció que se había tomado dos o tres "cubatas".

La investigación judicial acabó archivada pero se le abrió un expediente disciplinario que desembocó en una sanción de cinco días sin sueldo por una "falta grave" debido a "la observancia de conductas gravemente contrarias a la dignidad de la Guardia Civil", decisión que fue confirmada por el Tribunal Militar Central y recurrida ante el Supremo.

La Sala Quinta analiza las declaraciones del guardia civil, su pareja y los policías implicados para hacer suyas las conclusiones del Tribunal Militar Central, según las cuales la versión ofrecida por el uniformado "no encaja" porque, si se hubiera comportado de un "modo plácido", como alega, la situación "no hubiera culminado con la intervención de nada menos que tres patrullas policiales y una detención".

"Y, sobre todo, no se atisba ningún motivo para que los policías nacionales hubieran conspirado para perjudicarle", apunta la Sala de lo Militar, razonando que "algo tuvo que suceder para que se realizara la detención, y sólo puede tratarse de la actitud desafiante" del guardia civil.

Los magistrados recuerdan que los miembros de la Guardia Civil "deben mostrar un comportamiento intachable en todo momento, no solo en acto de servicio, también en relación con terceros, siendo reprochables cuantas acciones que, por su trascendencia, afecten al haz de valores y virtudes que caracterizan a la Benemérita".

Así, consideran "palmariamente" justificada la sanción al guardia civil por mostrar "una conducta, reyerta inicial y grave renuencia a la intervención policial subsiguiente, con notorio desdoro para el Instituto Armado".

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Patricia Merello Guzmán

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