El científico suizo Martin Bachmann, jefe de inmunología del Hospital Universitario de Berna y responsable de la investigación en el país de una vacuna para el coronavirus, se ha mostrado muy optimista respecto a la evolución de los primeros pasos de investigación. Así, aseguran que avanzan a buen ritmo e indica que, si se dan las condiciones necesarias, este importante hallazgo "podría estar disponible en otoño".
En ese sentido, desde la institución afirman que calculan que en agosto podrían hacerse las primeras pruebas en seres humanos. Primero, tendrá que ser en probetas y luego en animales, aunque diversas autoridades hablan de saltarse algún paso en el estudio para lograr los mayores avances a corto plazo. Eso sí, los científicos son cautelosos con las vacunas. Si bien el rango de efectividad sí podría tener alguna oscilación -por ejemplo, que no exista certeza total y absoluta de que funciona para todos los pacientes, como pasa con otras vacunas como la estacional de la gripe en muy contadas ocasiones, en las que se pueden producir reacciones similares a la propia enfermedad-, las pruebas deben hacerse para evitar que sea contraproducente, es decir, que o bien generen una sensación mayoritaria de protección, o que algunos de sus peores efectos secundarios posibles sean peligrosos para la salud.
Lo importante para el desarrollo de la vacuna es lograr desactivar sus consecuencias, permitiendo al cuerpo defenderse con su propio sistema inmunitario en el que ya existan anticuerpos para el coronavirus. Para eso, hay que lograr encontrar una versión replicable de un virus no dañino. En esa carrera están, ahora mismo, muchos países. Los que más rápido avanzan son el ejército chino, las universidades norteamericanas, el equipo de investigación de Martin Bachmann en Suiza, y el CSIC, según el ministro Pedro Duque, que afirmó hace unos días había posibilidad de que "la vacuna sea española".