David Cantero, que durante años ha sido uno de los rostros más emblemáticos del informativo de Telecinco, ha ofrecido una entrevista brutalmente honesta en la Cadena COPE, donde ha desnudado su pasado como nunca antes. Lo hizo sin filtros, con emoción cruda, y dejando frases que hielan. “Realmente, oficialmente, yo era un bastardo, mi madre era una prostituta y mi padre, el pobre, era un militar bajo riesgo de ir a prisión por adulterio”.
Durante la conversación con Alberto Herrera, Cantero revivió los días más duros de su infancia. Su padre, que tenía otra familia con cuatro hijos, no lo reconoció al nacer y se marchó al Congo Belga “nada más nacer yo”. Desde allí le mandaba postales y un vinilo con su voz. Años después, ese reencuentro marcaría su vida: “Recuerdo cuando vi a mi padre, cuando le abracé, cómo olía, cómo eran sus manos, cómo me habló”.
Creció rodeado de secretos, ausencias y miradas. Fue criado por una madre que era considerada casi una apestada en la sociedad de entonces: madre soltera, joven, independiente. “Mi madre era súper moderna”. Pero en su entorno, eso era casi un pecado. Y la familia la rechazó: “Yo creo que mi padre salió huyendo, dijo: me voy al Congo belga, que aquella guerra es mucho menos difícil que la que tengo aquí”.
El periodista también habló sobre su fascinación con África, una constante en su vida que empezó de niño y lo llevó a recorrer el continente ya de adulto. “África ha marcado mucho mi vida”, asegura. Pero no todo fue exótico: en Mozambique vivió un infierno. “Nos tirotearon. Es una experiencia... No es agradable. Es inolvidable”, cuenta sobre el ataque que sufrió su equipo tras documentar una masacre. “El coche tenía cinco o seis agujeros de bala”.
Su salida de Telecinco
Más tarde, Cantero repasó su salida abrupta de Telecinco, algo que se fraguó con tensiones internas, peticiones de rebaja salarial “por las buenas” y un cambio de rol que ya anticipaba el adiós. “Fue un poco una manera de invitarme, creo yo”. Aceptó un despido pactado y se marchó, literalmente, cojeando: “La noche antes del día que me fui de Mediaset, me partí el menisco”.
Desde entonces, afirma no haber mirado atrás. Aunque “nadie quería que tú te fueras”, según le dijo un directivo, él lo tiene claro: “Cuando pongo fin a algo, normalmente no hay vuelta atrás”. Ahora se encuentra “en el mercado estudiando varias ofertas muy interesantes” y reivindica que no está jubilado. “Esto ha sido un despido. Un despido pactado”, sentencia.
Entre tanto, Rock FM le ha entregado el Premio Actitud del Año, un galardón que, según él, “sí que me mola. Es un premio a la actitud vital, a la actitud rockera”. Cantero creció con buena música gracias a sus padres y aún mantiene viva esa energía. Pero si algo le motiva de verdad son sus hijos: “Ellos son lo que me impulsa a luchar, a vivir, a sonreír”.
Y como colofón, dejó una imagen para el recuerdo: “Me tiré al agua desde un helicóptero. El helicóptero se fue y nada, imagínate el revuelo”. Fue en una piscina, ante su hijo y todos sus amigos. “Mi hijo se quedó... yo creo que todavía no se le ha cerrado la boca”. Un final a lo Indiana Jones para una vida que, definitivamente, no ha sido común.