Fernando Cuevas es un sacerdote valenciano que ha echado mano de la aplicación Tinder, dedicada a propiciar relaciones entre solteros, para ayudar a personas de condición católica que buscan pareja para casarse por la Iglesia.
El éxito que está obteniendo este sacerdote es inapelable. Los datos hablan por sí solos. Según informa el Diario Montañés, hasta el pasado lunes se cuentan 340 matrimonios oficiados por este cura que lleva a gala que hasta el momento no ha conocido ningún divorcio entre las parejas que ha casado usando este método.
El cura relata que tiene una alta “demanda de jóvenes católicos que empezaron a recurrir a él en busca de pareja” pidiéndole que actuara de mediador, para lo que usa un sistema que permite el anonimato del o la que busca pareja. Cuenta que en la mayoría de aspirantes coincidía lo “difícil” que es encontrar una pareja con valores cristianos. “A muchos católicos les cuesta encontrar a personas con sus mismas creencias para empezar una relación”, relata Cuevas a este periódico.
Fue hace más de quince años cuando le surgió esta idea paseando con un joven católico. Vieron a un grupo de mujeres y el joven, tal vez por timidez o por poca practica en esto de ligar, le pidió al cura que le echara una mano para presentarle a una de las chicas del grupo, que le llamó la atención. Tan bien fue la mediación del padre Cuevas que en unos meses se casaron.
Dado el éxito de esta primera incursión como casamentero, se le ocurrió trasladarlo a la aplicación Tinder pese a que ya llevaba dos años en su labor de ‘celestino’. Este popular espacio en internet le abrió las puertas a una dimensión que le permitió ampliar su labor. Ahora pone en contacto a personas de cualquier punto de la geografía española que estén buscando pareja pero poniendo por delante ser creyente.
El padre Cuevas, en un vídeo en redes, expone las únicas condiciones que exige: ser mayor de 22 años, ser católico practicante “de verdad”, que vaya a misa los domingos... “es lo mínimo para estar en este club”.
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