Cada vez es más común que padres compartan su cuenta bancaria con hijos que aún no han alcanzado la independencia económica. Aunque a primera vista esta práctica parece inofensiva, Hacienda podría sancionarla si detecta ciertos movimientos considerados irregulares o sospechosos.
La Ley General Tributaria establece que la Agencia Tributaria puede actuar si considera que una cuenta compartida se está utilizando para realizar donaciones encubiertas o transferencias de fondos que no han sido debidamente formalizadas. La clave está en cómo y cuánto se mueve dentro de esa cuenta.
El problema no es compartir, sino cómo se usa
Por sí solo, el hecho de que padres e hijos compartan una cuenta no supone ninguna ilegalidad. Sin embargo, si uno de los titulares —por ejemplo, el hijo— comienza a utilizar grandes sumas de dinero sin justificación clara, sí puede haber consecuencias legales.
El ejemplo más citado por los expertos es el uso de unos 5.000 euros o más por parte del hijo sin que exista un documento de préstamo o una donación declarada. En estos casos, la Agencia Tributaria puede interpretar que se ha eludido el pago de impuestos.
¿Cuándo puede intervenir Hacienda?
Hacienda suele intervenir cuando identifica movimientos inusuales o no justificados en cuentas compartidas, especialmente si las cantidades manejadas son elevadas. Si se determina que se ha producido una donación encubierta, las sanciones pueden oscilar entre el 50% y el 150% del importe no declarado.
Por ejemplo, si se detecta que el hijo ha utilizado dinero de la cuenta para gastos personales importantes —como la compra de un coche o un viaje— sin que esté documentado, el fisco puede exigir la regularización del dinero y aplicar una multa considerable.
Cómo evitar problemas con Hacienda
Para evitar sanciones, los expertos fiscales recomiendan que, si un hijo va a disponer de una cantidad significativa del dinero, se formalice un contrato de préstamo o se declare la donación conforme a la normativa vigente. Esto no solo es legal, sino que protege a ambas partes ante una posible inspección.
También es importante guardar los resguardos y justificantes de las transferencias, así como cualquier documento que respalde el uso del dinero. La transparencia en estos casos es clave para evitar malentendidos con el fisco.
En definitiva, compartir una cuenta bancaria con los hijos puede ser útil y cómodo, pero no exime de responsabilidades legales. Mejor prevenir con documentación clara que lamentar una sanción que puede ascender a miles de euros.
