El colegio Nuestra Señora de los Infantes, en Toledo, envió el pasado domingo por equivocación un archivo interno y confidencial en su boletín semanal dirigido a los cerca de 1.800 padres del alumnado. El documento, según ha publicado El País, estaba destinado al Vaticano y al Cardenal Precepto del Dicasterio para el Clero.
El archivo, titulado "JMG.docs", detallaba la investigación interna abierta a J.M.G., sacerdote "canónigo emérito de la Catedral" y antiguo profesor de religión del colegio, por "comportamientos inadecuados" y "comportamiento inmoral". También había sido párroco de San Julián, parroquia vinculada al centro educativo.
El informe señala que el procedimiento canónico se abrió tras la jubilación del sacerdote en verano de 2023. En ese momento, se recibió información a través de correos de la parroquia que indicaban posibles intentos de extorsión, con alusiones veladas a actividades homosexuales. Según el documento, se acompañó al sacerdote para que presentara la denuncia ante la policía, inicialmente con cierta resistencia por su parte. La investigación policial no produjo informe y el sacerdote decidió no continuar con la acción.
El documento también detalla que en otoño del año pasado se conocieron hechos que motivaron la apertura de una investigación previa por comportamientos inmorales. Dos de estos episodios ocurrieron en clínicas de fisioterapia y otro durante una peregrinación a Medjugorje.
Tras la investigación, el informe concluye que los hechos denunciados eran ciertos y que el sacerdote actuó de manera inapropiada, generando escándalo entre quienes presenciaron los episodios. Los denunciantes relataron situaciones similares, en las que el cura buscaba contacto y satisfacción sexual con terceros.
Como medida, se le impuso al sacerdote un "remedio penal", que incluía la celebración de misas, la confesión y un acompañamiento terapéutico y espiritual de dos años, según el informe, medida que habría sido aceptada por el propio J.M.G.
Conductas inadecuadas en espacios públicos
El documento añade que durante los primeros meses el sacerdote cooperó con el acompañamiento profesional. Sin embargo, pruebas médicas indicaron daños en la corteza orbitofrontal, afectando su capacidad de evaluar consecuencias e inhibir comportamientos. A pesar de las restricciones al ejercicio del ministerio, se han recibido alertas de conductas inadecuadas en espacios públicos.
Tras el envío del archivo, Ángel Camuñas, director del colegio y vicario y ecónomo del Arzobispado de Toledo, remitió un segundo correo instando a los padres a eliminar el archivo y, posteriormente, un tercer mensaje disculpándose por el error. En él aclaró que el documento "nada tiene que ver con el colegio, ni con personas que trabajen con el centro, ni tampoco con menores".
El Arzobispado de Toledo confirmó el error y subrayó que no existe ninguna denuncia relacionada con menores. En un comunicado oficial, indicó que se trató de un envío incorrecto de información confidencial de un sacerdote de la diócesis y que, en cuanto se tuvo conocimiento, se solicitó a la comunidad educativa la eliminación del correo. Tanto el arzobispado como el colegio lamentaron los hechos y pidieron disculpas.