El CIS o cómo dos respuestas explican sin querer el papel de los medios de comunicación

El barómetro de este mes muestra dos respuestas sobre la situación económica que podrían ser contradictorias pero que revelan mucho sobre el mundo mediático

Feijóo respondiendo a los medios de comunicación.
Feijóo respondiendo a los medios de comunicación.

Como en cada mes, hay un día en el que el Centro de Investigaciones Sociológicas, también conocido como CIS, es noticia y llena titulares. Normalmente la atención se la lleva el resultado electoral que pronostica o más bien que testea con la foto fija del momento. En esta ocasión era especialmente relevante porque se cambiaba la tendencia. El Partido Popular venía creciendo en los últimos meses, desde que Alberto Núñez Feijóo se hizo con el mando, hasta el punto de haberse colocado como fuerza más votada en los últimos barómetros. Esto ha cambiado en septiembre y el PSOE de Pedro Sánchez vuelve al primer lugar.

Lógicamente esto ha copado los titulares porque se trata de la pregunta más directa y que más impacto tiene del CIS, sin embargo, en esta ocasión nos hemos encontrado con algunas respuestas que provocan confusión porque pueden llegar a ser contradictoria pero que explican perfectamente cómo funciona la sociedad mediatizada y, en definitiva, los medios de comunicación y los grupos mediáticos.

Conforme uno abanza en la encuesta llega a las preguntas diez y once, sobre la situación económica. Hasta aquí todo normal. Sin embargo, los resultados de ambas son 'extraños'. En la diez, la pregunta va referida a la situación general de España. El consenso aquí es bastante amplio. El 20% piensa que, como diría Aznar, España va bien. Por el contrario, el 70% piensa que la situación económica del país es mala o muy mala.

La normalidad continúa por el momento, pero le ceño fruce en la siguiente. La pregunta es similar, con pequeñas varaciones. Ahora la economía no es de España en su conjunto, sino de las personas que formamos parte de España, "¿cómo calificaría Ud. su situación económica personal en la actualidad: muy buena, buena, mala o muy mala?". En esta cuestión llama la atención que los resultados son prácticamente opuestos. El 70% que creía que España va mal se convierte en más de un 60% que considera que su situación personal en lo económico es buena o muy buena mientras el 25% opta por la mala o muy mala.

Ambas respuestas son compatibles, no se puede eliminar la posibilidad de que las cuentas del Estado sean malas pero el efecto no haya llegado al ciudadano que, entre otras cosas, puede conservar su trabajo. Sin embargo, la diferencia entre ambas sí que muestra la percepción de los ciudadanos porque, a pesar de todo, no pueden conocer las cuentas del Estado de primera mano, sino que es un 'constructo' a través de los medios de comunicación.

En los últimos meses, Pablo Iglesias se ha erigido como portavoz para explicar el poder de los medios de comunicación. Esto, no obstante, no es algo nuevo. Los estudios sobre la cuestión se vienen desarrollando desde hace un siglo cuando aparecieron los medios de comunicación de mesas. A lo largo de todos estos años varias han sido las teorías publicadas, algunas optaban por efectos absolutos de los medios y otras por los efectos limitados debido a la influencia de los círculos sociales donde se movían los individuos.

Más tarde, en la segunda mitad de siglo, llegó la famosa agenda setting y su evolución, el friming. Esto último es especialmente relevante, más aún si tenemos en cuenta que el conglomerado mediático está cada vez más concentrado en pocas manos.

Los medios, seguramente para desgracia de la sociedad, no son transmisores de noticias, sino creadores de corrientes de opinión. Las respuestas a la encuesta del CIS es un ejemplo más de ello. Cada periódico, radio o televisión elige sus temas, sus protagonistas y sus declaraciones. Podría elegir otros temas o podría elegir el mismo cambiando sus protagonistas y sus declaraciones.

Esta misma semana, Feijóo decía en una comparecencia que "para saber los datos económicos de España no le pregunte al Gobierno sino al Banco de España o a la Unión Europea". Esta línea argumental ha sido manifestada en un sinfín de ocasiones por el Partido Popular, tanto por parte de sus líderes autónomicos como por parte de sus líderes nacionales. De nada ha servico que la presidenta de la Comisión Europea dejara clara en una visita reciente que la economía española tenía "cimientos fuertes" y fuera "dinámica". La propia UE ha dado posteriormente la razón al Gobierno de España con el mercado energético. Pero la percepción de los españoles es completamente distintas.

Los pseudoentornos creados por los grandes medios de comunicación ignoran parte de la realidad para proyectar la porción que interesa. A partir de ahí se explican los resultados a dos preguntas que están comunicadas entre sí, pero cuyas respuestas son completamente distintas. Mientras en una de ella el conocimiento y la percepción es directa, en otra la percepción depende de un tercero. En este caso de los medios de comunicación.

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

E. C.

Periodista.

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