El número de ahogados en las playas (ríos, lagunas o piscinas) de la provincia es el más alto en diez años. En idéntica proporción que en Andalucía y España. "Es difícil hablar de una sola causa. En las reuniones semanales lo leemos y lo hablamos. Es complicado explicarlo con claridad".
Hay teorías incluso que achacan la subida "al cambio climático, dicen que provoca corrientes más fuertes o que con el incremento de la temperatura media es más apetecible el baño, pero al final llegamos a una conclusión sencilla: hay más gente en el agua. Por tanto, las probabilidades de una desgracia son más altas".
El que habla es Óscar, vigilante de playa en Zahara de los Atunes con cinco años de experiencia pese a tener sólo 29 de edad. Su instintivo análisis coincide con el de otros expertos, responsables de equipos que abarcan provincias o comunidades autónomas.
"¿Causas? Al final llegamos a una conclusión sencilla: hay más gente en el agua y las probabilidades de una desgracia son más altas"
"Hay más turistas que nunca, más que practican deportes náuticos y actividades de ocio en el agua, sin experiencia. Eso significa más y más gente, más riesgo de ahogamientos", añadía al debate en los últimos días de julio Frederic Tortosa, presidente de la Federación de Salvamento y Socorrismo (RFSS).
Las cifras no dejan de subir. El Informe Nacional de Ahogamientos (INA) lo ha ratificado en su última edición. Lo publica cada año la RFSS, desde 2015, y nunca había tenido números como los actuales, si bien hay que recordar el bienio pandémico (2020 y 2021) de grandes restricciones de movilidad.
En el año 2022 fueron 396 las personas que fallecían en las playas y piscinas del país. La segunda peor cifra anual tras los 481 fallecidos de 2017. Sin embargo, entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2023, se habían producido ya 169 muertes por esta razón. Mientras tanto, en el mismo mes de 2022, la cifra era de 140 en el primer semestre. El año en curso, por tanto, empeora las estadísticas de forma trágica.
En Canarias o Baleares, los ahogamientos provocan ya más muertes al año que los accidentes de circulación
La nueva recapitulación dice que el pasado mes de junio se contabilizaron 59 fallecimientos por esta causa en España. Es el segundo mes de junio con más víctimas desde que hay recuentos. En julio, aún sin sello oficial, peor por el incremento de turistas y vacaciones, ascendió a 62.
Ambos números son alarmantes si se tiene en cuenta que en todo el año 2022, completo, se registraron en España 396 muertes por esta causa. Es decir, en un solo mes de este 2023, ya sea junio o julio, se suma la sexta parte de la cifra total anual.
Las alarmas saltan al comprobar que el ahogamiento se convierte en una de las diez principales causas de muerte no natural entre niños menores de 14 años. En el caso de los archipiélagos españoles, Canarias y Baleares, el número de víctimas mortales por esta causa ya supera al provocado por los accidentes de tráfico.
A escala andaluza, la cifra es igualmente preocupante. De los 59 ahogados en España en junio de 2023, 12 fallecieron en Andalucía. Si se toma como referencia la primera mitad de año 2023, 24 de las 140 muertes en España fueron en Andalucía. Es la cuarta comunidad autónoma con mayor siniestralidad en este apartado, por detrás de Baleares, Valencia y Canarias.
El documento esencial para analizar este fenómeno, INA, carece de un desglose por provincias o playas concretas. La Cruz Roja del Mar asegura que un simple recuento de los episodios de ahogamiento en playas, piscinas, ríos y lagos de la provincia de Cádiz permite establecer que fueron, al menos, seis los fallecidos entre junio y julio de este 2023. Este dato tampoco es oficial aún.
El peor escenario
Según la estadística, las playas sin dispositivos de vigilancia son los espacios que más episodios mortales registran. La diferencia con el resto de escenarios es enorme. La playa sin vigilancia es el lugar de la muerte de casi nueve de cada diez ahogados: el 86% según el INA. Le siguen los ríos. Después, las playas con vigilancia, los lagos o lagunas y, por último, las piscinas.
La clave es simple, no se puede dejar ni un tramo de playa sin vigilancia. En la provincia de Cádiz, uno de los destinos turísticos estrella en España, apenas quedan tramos ya sin presencia de salvavidas. Los socorristas no dan abasto.
Por sexo y tramos de edad, son los hombres con más de 55 años los que más víctimas aportan en el recuento. La proporción entre hombres y mujeres es asombrosa, casi cinco ahogados por cada ahogada. El grupo de menores de edad arroja resultados dramáticos: 20 de los 122 fallecidos en España por ahogamiento en 2022 tenía menos de 18 años. En Europa, ya es la segunda causa de muerte accidental en menores de edad.
Prevención: el único camino posible
Frenar el incremento de ahogamientos, reducir esas cifras alarmantes del verano 2023 (y de 2022) es el objetivo común. Cómo acercarse es la cuestión. La información y la prevención, la prudencia, aparecen en los consejos de todos. José Carlos Ibáñez, responsable del Plan de Playas 2023 de Protección Civil de Punta Umbría, aseguraba en julio a EFE que la mayoría de muertes por ahogamiento podrían evitarse de manera sencilla. "Lo primero que debe imperar cuando no conoces el medio en el que te desenvuelves es el sentido común", afirma.
Buscar y atender las recomendaciones, leerlas, ya sea piscina, playa o río es lo esencial. "Lo primero al llegar a una playa es buscar la bandera y ver su color. Es el indicador principal que tiene el usuario. Posteriormente, seguir las indicaciones de los socorristas, que están para ayudarnos".
En el caso de la bandera amarilla, Francisco Cano, director de prevenciónde la Federación de Salvamento y Socorrismo, recuerda que lo más seguro sería "no bañarnos por encima del pecho". Y lamenta que "cuando el socorrista llama la atención no se le hace demasiado caso...", señala. "Hay que hacer campañas informativas públicas, como con los accidentes de tráfico".
Ambos expertos recuerdan la necesidad de asumir la edad, el estado físico y las patologías de cada persona, para saber qué niveles de riesgo y esfuerzo puede acometer. Igualmente, los profesionales del socorrismo llaman la atención sobre la pésima combinación entre alcohol y baño, "tanto por el impacto fisiológico al entrar en el agua como por las malas decisiones, la pérdida de percepción de peligro, que supone", añade Paula, socorrista en Conil.
José Palacios, presidente de la Asociación Educación Ambiental Bandera Azul en España, añade que la mayor parte de ahogamientos son en zonas donde no hay socorristas. "La gente sin conocer el mar ni las corrientes no tiene precaución. Los padres tienen que vigilar más a los niños". Todos coinciden en que con un aumento de la precaución, de la autoprotección, "muchas de las muertes serían evitables".
El alcalde de Tarifa, Pepe Santos, se une a esta llamada a la prudencia. De este Ayuntamiento dependen algunas de las playas más bellas y famosas de toda España, que reúnen a decenas de miles de usuarios cada verano. La experiencia de las últimas semanas le hace sumarse con toda la intensidad posible a la petición de cuidado a los bañistas.
"Durante el mes de julio, los equipos de socorristas han rescatado a 22 bañistas en peligro de ahogamiento sólo en la zona de Atlanterra ¡Son 22 personas que pudieron haber perdido la vida si no hubiera sido por su rápida intervención!", destaca alarmado el regidor.
El alcalde de Tarifa se suma a la alarma y pide autoprotección: "¡Sólo en Atlanterra, en julio, los socorristas rescataron a 22 personas en peligro!"
Santos recuerda, como alguno de los expertos, que la bandera roja no es un consejo, es una prohibición: "Os pido que entendáis que es una señal clara de peligro. Es fundamental respetarla y evitar adentrarse en el agua en ese lugar. Las corrientes pueden ser traicioneras y arrastrarnos sin previo aviso".
El alcalde recuerda a tarifeños y bañistas que "la seguridad en nuestras playas es responsabilidad de todos, de cada uno. Juntos podemos evitar tragedias y disfrutar de un verano seguro y placentero. ¡Cuidémonos y cuidemos a los demás!".
La Junta anuncia "un plan andaluz de reducción de ahogamientos" y cambios en la normativa de playas
El consejero de la Presidencia e Interior, Antonio Sanz, informaba este sábado de que la Junta de Andalucía prevé elaborar en colaboración con el resto de administraciones "un plan andaluz de reducción de ahogamientos", así como una nueva normativa de seguridad y salvamento en las playas que releve a la actual, para conseguir un resultado de "cero" muertes por ahogamiento en la región.
Sanz visitaba este sábado la localidad malagueña de Fuengirola, que ha implantado un servicio de vigilancia aérea con drones para gestionar la seguridad en las playas del municipio, pionero en el litoral de la comunidad autónoma andaluza. Todo un "referente", según ha dicho, del "modelo de turismo seguro".
En ese marco, el consejero Antonio Sanz ha defendido las medidas desplegadas en los últimos años por el Gobierno andaluz para mejorar la seguridad en las playas de la región, destacado que este es "el primer año" en el que todas ellas, 503 en 63 municipios, cuentan con su propio plan de seguridad y salvamento, fruto de una normativa promovida por la administración andaluza durante la etapa de las restricciones por la pandemia de Covid-19.
Precisamente por eso, ha anunciado que junto con los ayuntamientos y diputaciones, la Junta va a emprender "un plan andaluz de reducción de ahogamientos", para mejorar las medidas preventivas junto al resto de administraciones porque pese a los avances en la materia, aún "hay partes del litoral que no tiene cubiertos los servicios de salvamento o que no cumple con toda la protección exigida".