Un conductor de 40 años ha protagonizado una escena de película y surrealismo en Granada. A las cuatro de la madrugada, cuando circulaba por la carretera de Málaga, el referido individuo chocó contra una jardinera y el arbolado tras invadir la glorieta.
A pesar de este golpe, el conductor, que circulaba en aparente estado de embriaguez, prosiguió con la marcha hasta que volvió a tener otro accidente, chocándose en esta ocasión con un vehículo.
Tras esto, abandonó el turismo abandonado, dejando a su acompañante en el interior del mismo y emprendiendo una fuga a pie por las calles de la capital granadina.
Al rato, tal vez por un ataque de conciencia o después de haberse percatado de que se había marchado sin la mujer que le acompañaba, regresó al lugar del accidente. A su vuelta, la Policía ya se encontraba investigando lo sucedido. El referido conductor dijo que él no tenía nada que ver con el golpe y que estaba ahí por si "hacía falta algo".
Aunque se negó a hacerse la prueba, los agentes confirmaron que se encontraba claramente bajo los síntomas de bebidas alcohólicas. El individuo fue detenido y llevado a los calabozos a la espera de pasar a disposición judicial.