El agua no pudo con el Viernes Santo. Pese a retrasar su salida entre media hora y una hora, las cofradías salieron a la calle haciendo una fantástica estación de penitencia en la que como cada año, la devoción estuvo muy presente. El popular Cristo de la Expiración volvía a San Telmo con gran expectación en el barrio y los ojos puestos, una vez más en el cielo. El sol apareció. Poco a poco. El Descendimiento casi tocó las nubes, despejándolas a su paso, mientras que El Loreto cantaba por todos.
Un hombre espera a Las Viñas en la calle Zaragoza. FOTO. MANU GARCÍA.
El Cristo de la Expiración, con la ermita de San Telmo al fondo. OTO: MANU GARCÍA.
El Loreto tras su salida procesional. FOTO. MANU GARCÍA.
Jesús Linero, capataz del paso del misterio de la Soledad. FOTO: MANU GARCÍA.
Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Caridad, detrás del paso de Misterio de La Soledad. FOTO: MANU GARCÍA.
La lluvia no paró el Viernes Santo. FOTO: MANU GARCÍA.
El Loreto por Plaza San Andrés. FOTO. MANU GARCÍA.
Todos pendientes de las condiciones meteorológicas en el móvil. FOTO: MANU GARCÍA.
El Descendimiento por la calle Pozuelo. FOTO: MANU GARCÍA.
En la ermita de San Telmo, un hombre contempla a la Virgen del Valle Coronada. FOTO: MANU GARCÍA.
Nazarenos de la Soledad este Viernes Santo. FOTO: MANU GARCÍA.


