La rehabilitación de la histórica barriada jerezana de La Asunción es una pesadilla y un calvario para sus vecinos y vecinas. La fuerte descarga de agua de la borrasca de los últimos días ha provocado una situación inquietante la pasada madrugada en tres de los bloques, especialmente en el número 4 de la calle Nuestra Señora de La Piedad, donde los Bomberos tuvieron que abrir un calo por todo el bloque para que corriera el agua embalsada en los techos y que amenazaba con colapsar como un castillo de naipes.
A lo largo del sábado los vecinos han recobrado la calma tensa. Las fuertes lluvias han dado un respiro y el nuevo arquitecto —la anterior dirección facultativa "está en paradero desconocido", denuncian los vecinos— que ahora revisa los trabajos Antonio Mármol ha asegurado que la intervención de Bomberos servirá de solución temporal para no tener que desalojar unos seis pisos por bloque.
Y es que en menor medida otros dos bloques más también se han visto muy afectados por las lluvias, otro de la calle de La Piedad y otro bloque en calle Nuestra Señora de la Amargura. En estos dos últimos se han quitado las tapas de los sumideros de los techos y finalmente han desaguado lo embalsado, "pero las tapas se han quedado quitadas".
"Ha sido una chapuza todo. Los techos no tienen inclinación ninguna, están abombados, y la tela asfáltica que había se ha sustituido por una especie de bolsa de basura blanca. La realidad que tenemos es que de los 93 bloques que han entrado en la rehabilitación, hay un 60-70% que o se moja, o ya tiene humedades", relata a lavozdelsur.es la presidenta de la asociación de vecinos, Verónica de la Flor.
Galería gráfica de los techos y las viviendas de La Asunción tras la tromba de agua
La delegada de Urbanismo, Belén de la Cuadra, ha contactado este sábado con la referida presidenta de la asociación vecinal de La Asunción, que ha asegurado que se le ha traslado desde el gobierno municipal que "no se nos dejará de la mano y que todo esto hay que subsanarlo de la manera más rápida y más correcta posible, esto es urgente". El próximo lunes tienen prevista una reunión con el parlamentario andaluz de Adelante, José Ignacio García, portavoz autonómico de la fuerza política que más interés está poniendo en sacar a flote a los vecinos, muchos de ellos en situaciones vulnerables.
Y es que no son solo los techos, es el estado general de una barriada repleta de cables colgantes, de peligrosos cuadros eléctricos, y de escenas como las vividas esta pasada madrugada: agua de lluvia entrando por el hueco de la bombilla de un cuarto de baño de un piso, con el enorme riesgo para todos los vecinos.
"Un cuadro eléctrico ha estado a punto de arder este sábado, pero un vecino vio el humo y corrió a apagarlo", ha comentado otra vecina. "Estamos preocupados y asustados. A ver la noche cómo va, pero aquí va a ser difícil dormir", aseguran en una barriada que no levanta cabeza.
Los problemas en el Área Integral de Rehabilitación de La Asunción, un proyecto en manos de Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Jerez, no han cesado desde que se impulsara la iniciativa hace cuatro años. Una pesadilla que ha llegado incluso hasta Bruselas para ser debatida en el Parlamento europeo. "A ver si Juanma Moreno se entera de esto en el Parlamento andaluz, que vino aquí a hacerse la foto nada más", lamenta otro vecino.
"A ver si Juanma Moreno se entera de esto en el Parlamento andaluz, que vino aquí a hacerse la foto nada más"
La barriada, con más de 60 años a sus espaldas, tiene cables de alta tensión que cruzan calles como Paquera de Jerez enganchados en tendederos. Los vecinos se han enterado dos años y medio después de estar los trabajos en marcha, que se inflaron por la guerra de Ucrania, que eran promotores de las obras de rehabilitación, en una maniobra para, llegado el caso, sacudirse los problemas las administraciones públicas.
"¿Qué promotores van a ser personas que viven aquí con más de 80 años?", cuestiona Verónica de la Flor, que asegura que hay unos 600 afectados por unas obras que no han contentado a nadie. La inversión pública, sufragada con fondos europeos en su mayor parte, ha ascendido a casi 6 millones de euros.
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