La provincia de Cádiz concentra el mayor número de comarcas agrarias en estado de prealerta por sequía severa. La Bahía junto con la campiña de Jerez, la costa Noroeste y La Janda han visto cómo desde el pasado mes de abril la situación de sequía pluviométrica que señalan los informes mensuales de la Red de Información Ambiental de Andalucía ha pasado de moderada a severa. La cosa pinta mal y no parece que vaya a cambiar mucho a un año vista.
Como recoge el último informe, publicado en septiembre pasado, hay un 58% de probabilidad de permanecer en situación de sequía en la costa Noroeste y en La Janda en el próximo semestre, y un 54% en el caso de la Bahía y Jerez. Recién iniciado el año hidrológico, la previsión para los próximos doce meses, basándose en las series históricas existentes, indica que hay un 66% de probabilidades de mantener una sequía alta en La Janda, así como en la costa Noroeste (65% de probabilidad), y la Bahía-Jerez (64% de probabilidad).
En Jerez aún se recuerda cuando las restricciones al consumo de agua obligaban a llenar bañeras y cubos para garantizar un mínimo de suministro. Fue en el periodo 1992-1995. Antes, hubo otros dos graves episodios de sequía extrema en la provincia de Cádiz: entre los años 1975-1976 y 1981 a 1983. En todos estas cuatro décadas ha habido otros periodos de sequía, aunque con menor duración e impacto en las reservas hídricas disponibles. Acaba de publicarse que los embalses de la provincia de Cádiz se encuentran a menos de la mitad, con un 47,01 por ciento, lo que supone un 15,37 por ciento menos con respecto a la misma fecha del pasado año, cuando presentaban un 62,38 por ciento de su capacidad. A 8 de octubre cuentan con 855,97 hectómetros cúbicos de agua embalsada de una capacidad total de 1.820 hectómetros cúbicos, mientras que hace un año alcanzaba los 1.136 hectómetros.
Ayuntamiento con más de 10.000 habitantes, obligados por ley a contar con planes de emergencia por sequía extrema
¿Peligra el abastecimiento urbano? A día de hoy no. Mañana no se sabe. Solo hay un único ayuntamiento que parece preocupado por esta situación, que no tiene visos de mejorar. De los 45 ayuntamientos de la provincia de Cádiz, aquellos municipios de más de 10.000 habitantes (un total de 22) están obligados desde hace nueve años, por la Ley de Aguas de Andalucía, a tener preparados planes municipales ante fuertes sequías. Solo el Consistorio de la capital gaditana ha anunciado, hace apenas unos meses, que prepara dicho plan con el que hacer frente a una sequía extrema que exija restricciones. "Este plan recopila y ordena la información básica sobre las demandas, valora las disponibilidades de recursos, define los estados de riesgo, activa las medidas especiales para mitigar los efectos y establece responsabilidades para la toma de decisiones y para gestionar la situación", apuntaba recientemente el equipo de gobierno gaditano.
"Desde 2010, en Andalucía todas las poblaciones de más de 10.000 habitantes tienen que tener plan municipal para hacer frente a la sequía. En la provincia de Cádiz solo lo está redactando la ciudad de Cádiz, el resto de municipios no lo tienen, ni lo han anunciado. A nivel urbano no hay planificación en caso de sequía más allá de que cuando llegue el momento se impongan restricciones al abastecimiento, como ya está ocurriendo en algunos puntos de Andalucía", explica en declaraciones a lavozdelsur.es el geógrafo, consultor ambiental y activista Antonio Figueroa. A lo que abunda: "La Junta debe exigir cuanto antes que los ayuntamientos elaboren estos planes, al igual que hay otros de emergencia, hay que saber bajo qué criterio actuará, por ejemplo, el Ayuntamiento de Jerez, con la mayor bolsa de población de la provincia, en caso de sequía. No hay directriz ni planificación".
A nivel andaluz, el informe determina que Almería (Campo de Dalías), Jaén (Sierra de Segura), y Málaga (Centro Sur) tienen comarcas agrarias en situación de sequía severa. Solo en la provincia de Cádiz son tres las comarcas en esta misma situación. Figueroa pregunta "qué medidas se están tomando y cuáles se van a tomar; habrá que plantear a un año vista la posibilidad de reducir dotaciones en el regadío y eso son palabras mayores, en la provincia tenemos un megasistema hidráulico que aporta muchos recursos al abastecimiento y no parece que éste en el medio plazo vaya a tener problema, pero no se puede seguir tirando sin previsión en el regadío, que es el que más consume. No se están tomando medidas para controlar los riesgos". El consultor ambiental, que no quiere pecar de alarmista, sí incide en que el cambio climático ha traído una sequía "más dura y por más tiempo". "No es una cuestión de ser alarmista, la sequía es normal en el mundo mediterráneo y hay que integrarla en la gestión, pero eso ya esta aquí y los responsables públicos parecen desorientados".
En septiembre pasado, a pregunta parlamentaria, la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, resaltó que desde el Gobierno andaluz "nos adelantamos para paliar los efectos de la sequía" trabajando "en interlocución permanente con el sector" con la puesta en marcha de diversas medidas, entre ellas la formulación de Planes Especiales de Sequía para las demarcaciones hidrográficas de las cuencas intracomunitarias andaluzas, previstos en la Ley de Aguas de Andalucía de 2010 pero que no se impulsaron "cuando el Gobierno era socialista". Crespo explicó que entre los objetivos fijados por Agricultura se encuentran contribuir al mantenimiento de las explotaciones y los puestos de trabajo anticipándose a posibles consecuencias derivadas de una situación de sequía prolongada.
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