El asteroide YR4, que podría impactar en 2032: ¿qué peligro entraña? ¿puede destruir la humanidad?

La comunidad científica, liderada por la NASA y la Agencia Europea, estudian la roca de hasta 100 metros de diámetro

05 de febrero de 2025 a las 12:17h
Una recreación de la ESA de cómo sería el asteroide YR4.
Una recreación de la ESA de cómo sería el asteroide YR4.

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha explicado recientemente que está monitoreando el asteroide 2024 YR4, un objeto conocido en diciembre que presenta unaposibilidad de colisionar con la Tierra en diciembre de 2032. Aunque el riesgo de impacto sigue siendo muy bajo, la comunidad científica sigue de cerca su trayectoria y evolución. El asteroide, detectado por el sistema de alerta ATLAS en Chile, tiene un diámetro estimado de entre 40 y 100 metros. Según los cálculos actuales, existe un 99% de probabilidades de que pase de manera segura cerca de la Tierra en 2032, aunque no se ha podido descartar por completo la posibilidad de colisión.

Tras su descubrimiento, los sistemas automáticos de monitoreo identificaron la posibilidad remota de impacto, lo que llevó a la ESA a situarlo en la cima de su lista de riesgos. Desde entonces, astrónomos de todo el mundo han realizado observaciones con el objetivo de precisar su tamaño, trayectoria y posibles efectos en caso de impacto.

Hasta el 29 de enero de 2025, la probabilidad de colisión se estima en un 1,2%. Este dato ha sido confirmado por el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA y el sistema NEODyS. La evaluación de la ESA ha llevado a clasificar al 2024 YR4 en el nivel 3 de la Escala de Peligro de Impacto de Turín, lo que indica la necesidad de atención por parte de la comunidad científica y el público.

Dado que el asteroide tiene un tamaño superior a 50 metros y una probabilidad de impacto mayor al 1% en los próximos 50 años, se ha activado la respuesta de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y del Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG), ambos avalados por la ONU. Estos organismos analizan posibles medidas ante el riesgo potencial.

IAWN, dirigido por la NASA, coordina a distintas agencias espaciales y centros de investigación en la caracterización y monitoreo del objeto. En caso de ser necesario, también desarrollará estrategias para asesorar a los gobiernos sobre las consecuencias de un posible impacto y las medidas de mitigación a adoptar. Los expertos han señalado que la órbita de 2024 YR4 es excéntrica y que actualmente se aleja de la Tierra en línea recta. Esta particularidad dificulta una estimación precisa de su trayectoria futura, lo que hace crucial continuar con las observaciones para reducir la incertidumbre en los cálculos.

El avistamiento, captado por el observatorio europeo,

En los próximos meses, el asteroide comenzará a desvanecerse visualmente desde la Tierra, lo que podría dificultar el seguimiento. Para obtener más datos, la ESA ha programado observaciones con telescopios de mayor potencia, incluido el Very Large Telescope en Chile. Aun así, existe la posibilidad de que el objeto deje de ser visible antes de que se pueda descartar por completo un posible impacto en 2032. En ese caso, se mantendría en la lista de vigilancia hasta que vuelva a ser observable en 2028.

El SMPAG, bajo la dirección de la ESA, analizará las opciones de respuesta ante la amenaza potencial del asteroide. En su próxima reunión en Viena, prevista para la próxima semana, se evaluarán las acciones a seguir si la probabilidad de impacto se mantiene por encima del 1%. De ser necesario, se presentarán recomendaciones a la ONU y se explorarán medidas de intervención mediante misiones espaciales.

Las agencias espaciales insisten en que este tipo de situaciones son habituales dentro de la vigilancia de asteroides cercanos a la Tierra. A medida que la tecnología de detección mejora, es cada vez más común identificar objetos con trayectorias próximas, lo que permite evaluar con mayor precisión los riesgos y, si fuera necesario, tomar medidas preventivas.

Sin embargo, a pesar del temor que ha generado, este meteorito no es potencialmente peligroso para la humanidad. En la escala de asteroides peligrosos, está en nivel 3, que es capaz de causar daños locales superior al 1%, de una escala de 10 niveles.

Por su tamaño, de hasta 100 metros, es cierto que podría devastar una ciudad de grandes dimensiones, o el tamaño de una provincia en España. Grave, catastrófico, pero en ningún caso pondría en peligro la vida en la tierra.

El meteorito que acabó con los dinosarios provocó un cráter de 180 kilómetros de diámetro en el Golfo de México. Y la piedra medía 12 kilómetros de diámetro, provocando una energía de unas mil millones de veces la bomba de Hiroshima, con olas gigantes inimaginables y el magma terrestre salpicando hacia la superficie.  Sobrevivieron algunas especies, aunque el clima cambió radicalmente y produjo una gran extinción.

Por tanto, una piedra de, como máximo, 100 metros de diámetro está muy lejos de un episodio cataclísmico.

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P. F. Q.

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