Asesinato en Almería: "Se cagó en mis muertos y le pisé la cabeza"

Al acusado, al que le constan antecedentes por agresión sexual hacia una mujer y su hija, padece un grado severo de discapacidad, aunque no tiene "anuladas sus capacidades"

Sede de la residencia para personas con discapacidad donde se produjo el asesinato en Almería.
Sede de la residencia para personas con discapacidad donde se produjo el asesinato en Almería.

"Se cagó en mis muertos y mi madre está muerta; le pisé la cabeza". Es la justificación que da el hombre acusado de acabar con la vida de su compañero de habitación en una residencia para personas con discapacidad de Viator, en la provincia de Almería, donde iniciaron una discursión que acabó en tragedia. 

El acusado, quien ha reconocido padecer un "retraso mental" con un grado de discapacidad reconocido del 68%, ha afirmado que anteriormente había tenido problemas con la víctima, quien "no sabía ni lo que hablaba" ante su discapacidad psíquica, por lo que en una ocasión recibió de ella "dos guantazos" aunque después se perdonaron. "Él se quería ir a Linares, no decía otra cosa", ha explicado.

El Ministerio Público se ha mostrado de acuerdo en que el acusado, al que le constan antecedentes por agresión sexual hacia una mujer y su hija, padece un grado severo de discapacidad, si bien sostiene que los informes forenses practicados al respecto señalan que no tiene "anuladas sus capacidades intelectivas ni volitivas", de modo que "sabe lo que hace y sus consecuencias".

El acusado ha detallado a preguntas de la letrada de Aspaprós, la residencia en la que vivía y que ejerce la acusación particular, que "se llevaba bien" con el resto de usuarios de la residencia, con los que salía a fumar y con los que compartía además un invernadero donde trabajaba. Igualmente, ha señalado que tenía buena relación con los trabajadores del centro.

Asimismo, ha relatado a preguntas de su abogado que cuando se produjeron los hechos no había ningún trabajador de la residencia presente, de modo que los primeros tardaron en llegar cuando ya se había producido el ataque.

El hombre, para el que la Fiscalía pide once años de prisión, ha apuntado fue en el centro donde le comunicaron el fallecimiento de la víctima tras la agresión que se produjo el 12 de septiembre de 2021, ya que el perjudicado pasó nueve días en la UCI del hospital antes de morir a causa de la graves lesiones que presentaba en el cráneo, principalmente a causa de la patada que le dio antes de arrojarlo al suelo, según quedó recogido además en una grabación que será visualizada durante el juicio.

Desde entonces, el acusado ha permanecido en prisión provisional en el centro penitenciario de El Acebuche, donde ha afirmado que está "mal", que solo recibe "pastillas para los nervios" y donde le "quitan el dinero, el tabaco y todo", por lo que ha asegurado que estaría mejor en un centro psiquiátrico, tal y como interesa también su defensa.

El juicio continuará este jueves con las declaraciones de los trabajadores de la residencia y los agentes de la Guardia Civil que elaboraron las primeras diligencias así como el atestado e inspeccionaron el centro. También declararán los médicos forenses que atendieron a la víctima y han explorado al acusado.

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