Antonio Agredano: "No hay ningún tema que se toque en 'Sálvame' que no se haya desarrollado en la literatura"

Literatura, fútbol, política, prensa del corazón e incluso Twitter... no hay tema del que huya el periodista y escritor cordobés Antonio Agredano en su entrevista para lavozdelsur.es

Antonio Agredano, periodista y escritor.
Antonio Agredano, periodista y escritor. MACARENA PÉREZ

Habitualmente escribe sobre Sevilla y Betis, aunque es cordobesista. Vive en Sevilla, aunque nació y se creció en Córdoba. En cierta medida, me resulta complicado definir a Antonio Agredano (Córdoba, 1980). Cuando le pregunto sobre la posibilidad de hacer esta entrevista, él responde que en calidad de qué. Me da varias opciones, desde runner a portero de pachangas, pasando por joven atractivo. Acabo de empezar a leer Prórroga (Panenka, 2021), su última obra literaria, así que la literatura será la excusa. Antes ya había escrito En lo mudable (Libros del KO, 2014) y un par de poemarios. Actualmente hace las crónicas mencionadas, reportajes y entrevistas para El Mundo, columnas de opinión en Diario Córdoba y participa en programas de Cope y Canal Sur. En una entrevista donde la literatura es la excusa, también hay fútbol, corazón y política.

Antonio Agredano, ¿cronista, columnista o novelista?

Escritor. Es muy sencillo. Escritor es lo que se engancha en cualquier cosa. Puedo escribir columnas, crónicas deportivas, novelas, poesía, reportajes como estoy haciendo, puedo hacer entrevistas… Escritor es como una patente de corso de todo lo que cabe en un medio.

¿Supervivencia laboral?

También.

¿Qué tienen todas estas cosas en común?

Una visión del mundo. Es lo único que hace al periodista y al escritor diferente. Su visión del mundo es lo que hace al periodista y al escritor diferente de otros. Y saber plasmarla y llevarla al papel.

"No pienso ni en el lector porque no lo conozco"

¿Te enfrentas igual a todos los géneros? ¿Cambiaste rutinas con Prórroga?

Sí, las rutinas las cambias. Las columnas las escribo por las mañanas porque estoy más lúcido. Las crónicas cuando el partido sucede, sea cuando sea. Y la novela la escribía de noche, que era el único rato que sacaba. Yo no pienso ni en el lector porque no lo conozco. Conozco a alguno, pero no todos y, desde luego, no me puede condicionar. Lo único que cambia es la extensión. Saber que tienes que contar una idea en menos espacio. Una cosa que me gusta mucho es cuando me acotan, "tienes 3.200 caracteres". Tienes que aprender a utilizar herramientas para concretar y eso me exige mucho y me gusta. Cuando estaba en la novela no tenía nada que ver. Era una cosa más extensa, sin limitación y eso te da una libertad que no te dan las piezas periodísticas.

En las crónicas te dedicas a Betis y Sevilla. ¿Una crónica de fútbol tiene que tener más fútbol o literatura?

Yo creo que han cambiado los tiempos. Cuando a mí me ofrecen escribir crónicas, Rafael Porras, que era el director de El Mundo Andalucía, me dice que el quiere literatura. No es que sea una pieza literaria, pero entiendo que, antiguamente, cuando no había tanto acceso al fútbol, la crónica era tu manera de ver el fútbol cuando no habías visto el partido. Ahora, que casi todos tenemos acceso a la televisión, a los resúmenes… hay que aportar algo nuevo y algo que no haya sucedido en el partido o que esté sucediendo, pero con otra visión. En los tiempos actuales creo que es más apetecible, por lo menos para mí como lector y, por supuesto, para mí como escritor, irme a otro lado en lugar de contar el partido diciendo que fulanito marcó en el minuto 27 o hubo una ocasión. Ese gol lo has visto siete veces antes de leer la crónica.

Pero eso no está al alcance de cualquiera.

Como diría mi amigo Antonio Manuel, ahí está el tajo. Hazlo. Animo a que todo el mundo escriba. También creo que la escritura es una cuestión de oficio, pero no oficio de escritura sino lector. Cuanto más lees, más herramientas tienes para contar la vida tal y como la estas sintiendo.

"Igual que se nos conoce por lo que queremos también se nos conoce por lo que odiamos"

¿Sevilla como ciudad facilita hacer una crónica distinta?

En Sevilla he descubierto cosas muy bonitas. Me gusta la ciudad, la conozco desde hace muchos años porque tengo familia aquí. Y desde que me vine a vivir hace cuatro o cinco años me encanta la rivalidad. De hecho, como cordobesista siempre he extrañado una rivalidad tan caliente dentro de la propia ciudad. Las rivalidades te hacen mejor equipo. Igual que se nos conoce por lo que queremos también se nos conoce por lo que odiamos. Son sentimientos que forman parte del ser humano, no hay que despreciarlos.

En Sevilla he aprendido una manera de sentir el futbol que a mí me conmueve. Es increíble porque conozco a gente del Sevilla y del Betis y simpatizo con ambos equipos. Tengo camisetas de ambos en el armario. Lo veo como un todo. Yo entiendo que la gente que es de uno u otro equipo lo verán raro, pero me parecen dos equipos con su naturaleza, con su visión del mundo diferente. A mí me apasiona futbolísticamente hablando.

¿Piensas en la pasión de los aficionados de estos equipos a la hora de escribir las crónicas? Se mira con lupa cada palabra mal puesta.

La primera crónica que escribí fue un Sevilla-Betis. Tuve la reunión el lunes y el sábado estaba haciendo la crónica. En esa crónica puse todo el rato "el equipo blanquiverde". Lo hice no porque no sepa la diferencia entre blanquiverde y verdiblanco, como cordobesista que soy, sino que había escrito muchas veces en mi vida blanquiverde y estaba nervioso por ser mi primera crónica. Sin embargo, sólo encontré cariño. Si me hubiera pasado en el Córdoba poniendo verdiblanco seguro que hubiera tenido más críticas.

A veces encuentro a gente pejiguera. Hay gente a la que no le gusta mis crónicas y lo exterioriza en los comentarios. Pero en general he encontrado mucho cariño, aunque hay que conocer a las aficiones. Por ejemplo, una cosa muy habitual que hago es que nunca pongo el Pizjuán, pongo Sánchez Pizjuán. Veo cómo llaman los equipos a los futbolistas y cómo la afición los trata para captar la visión que tienen de ellos. Me gusta, pero como gesto a los equipos, no como adaptación al público. Conocer cada cosa de cada equipo como respeto a la propia afición.

¿Tienes problemas de que te sitúen en uno u otro equipo?

Ya me han tachado de las dos cosas. Los sevillistas me han llamado bético y los béticos, sevillista. He hecho ostentoso mi cordobesismo y creo que todo el mundo me tiene ya como una rara avis.

"La igualdad terminará cargándose el fútbol"

Cuando ves una prórroga en un partido, ¿piensas antes en tu libro o en Pedri?

Ya vamos en un pack. Me ha venido muy bien esto de las prórrogas. También me aterran porque cuantas más prórrogas significa más igualdad y cuanta más igualdad veo menos humanidad. Los futbolistas son tan perfectos, los partidos son tan perfectos, todo está tan optimizado que la igualdad me parece síntoma de debilitamiento del fútbol. Prefiero sonadas goleadas que la igualdad. La igualdad terminará cargándose el fútbol.

¿Te hubieras ahorrado la promoción con la Eurocopa?

Me ha venido estupendamente. El libro se ha vendido muy bien y no sé si tendrá que ver con la Eurocopa, pero agradezco a Pedri y a todos los futbolistas que están haciendo ese favor a mi cuenta bancaria.

¿Es tan importante el fútbol como para dedicarle un libro?

Para dedicarle más de un libro. El fútbol es lo más importante de las cosas que no tienen importancia.

"El fútbol se tiene que vivir, sobre todo, a través de los clubes locales"

¿Y el Córdoba es lo suficientemente importante para dedicarle un libro?

El Córdoba es más importante que el propio fútbol. Muchas veces cuando uno tiene un equipo va más allá del deporte. El equipo es una identidad, una tribu, un respeto al color, un legado para los hijos, un estado de ánimo ligado a auténticos desconocidos. El fútbol se tiene que vivir a través de los clubes, sobre todo a través de los clubes locales.

Yo era muy madridista cuando era niño hasta que me hice mayor y me di cuenta de que había un club de fútbol al lado de casa. Uno tiene que apostar por lo local, por sentir lo cercano. Ahí el Córdoba se lleva la palma. Para mí el fútbol es ir al estadio, el resto no es fútbol. A partir de ahí, si uno es aficionado de un equipo que ve por la tele, pues está bien. Pero el fútbol es una ceremonia que sucede en un campo.

Hablando del Córdoba, ¿se disfruta más de un equipo cuando está en las categorías del fútbol de barro?

No. Yo preferiría que el Córdoba estuviera jugando la Champions. Estoy cansado de romantizar el fútbol humilde. Digo más, para mí esta es la temporada más dura que estoy viviendo con el Córdoba porque no me alegro de las victorias, quiero que pase. Quiero que gane y que suba, pero no sé si lo voy a celebrar. Sé que es controvertido y la gente dice que hay que celebrar y siempre hay que estar. Entiendo que lo que digo no es agradable, pero estoy viviendo esto como una auténtica cárcel. No puedo ver a mi equipo en la categoría en la que está, aunque esté brillando. Pero porque no le quedan más cojones que brillar. Mi equipo estaba hace unos años en primera división, se ha tirado muchos años en segunda división, que me parece una categoría muy noble y guay de disputar. Sin embargo, estando en la cuarta división del fútbol español me costaría celebrar el ascenso. Lo celebraré en silencio.

"No sé si voy a celebrar el ascenso del Córdoba"

¿El portero es la posición más cercana al fracaso?

Es la que tiene más responsabilidad en el campo y siempre que uno tiene responsabilidad, el fracaso está más cerca.

Te habrán preguntado muchas veces si es autobiográfico. ¿Es posible aislarse por completo de los personajes de un libro que escribes? ¿Es posible hacer algo que sea 100% ficción?

Hasta la personalidad de Tolkien hablando de dragones, enanos y hobbits está en los personajes de El Señor de los Anillos. Aunque te vayas a la fantasía más alejada de la realidad, el escritor siempre está en sus personajes y en su obra. Si yo, además, utilizo un personaje de mi edad, de mi hechura y de mi ciudad, pues más todavía. Los escritores somos así de vanidosos. Siempre estamos en nuestros libros. Y quien no esté en sus libros o tiene una capacidad brutal de evasión o no se quiere nada. Los escritores solemos querernos bastante.

¿Es positivo?

Claro. Al final todos queremos hablar de sentimientos humanos, ¿qué mejor que los que yo estoy sintiendo en cada momento? ¿Qué historia más conmovedora que una que se cuenta con conocimiento de causa? Yo lo que hablo en Prórroga, muchos de los sentimientos que tiene el protagonista, los he tenido yo. Y puedo hablar muy bien de eso porque lo he vivido. Eso hace que la gente que lo lea sepa que ahí hay verdad, autenticidad y una manera de sentir el mundo.

Sobre Prórroga me llamó la atención un detalle concreto, ¿qué representa un bodeguero con un collar con la bandera de Andalucía? Quizás estamos acostumbrados a que se representen otras banderas.

Eso me pasó. Era un bodeguero con un collar de Andalucía. Lo que cuento me pasó igual con mi perro Pitu y tal como lo cuento sucedió realmente. Eran muy habitual y pasó así. Ese bodeguero existió.

Te lo pregunto porque alguna vez te he visto criticar los regionalismos y nacionalismos. Lo enlacé creyendo que era una crítica.

No soy tan sutil. Me considero andaluz, muy orgulloso y lo diré siempre que puedo. Eso es una cosa y otra es el andalucismo como respuesta política.

¿Qué te parece esta nueva ola?

Me parece igual que la antigua vía andalucista. Me parece una Andalucía folclórica y una Andalucía más artificial. Existe, pero Andalucía se puede sentir de muchas maneras, no se tiene que sentir solamente de una. Es un tema que conozco porque afortunadamente he tenido y tengo amigos con los que he hablado mucho de esto. Por ejemplo, Antonio Manuel, que es una referencia y es muy buen amigo mío. He visto ese trayecto que él hizo y me parece interesante, pero no me parece sustancial.

"El andalucismo como articulación política a mí se me queda lejos"

¿Te parece superficial o impostado?

No te voy a decir impostado porque hay gente que lo siente. En el caso de él y en el caso de otra gente que conozco lo sienten así y me parece algo interesante. Hay que reivindicar los orígenes de uno. Pero como articulación política a mí se me queda lejos en estos momentos. Por lo menos sentimentalmente se me queda lejos. Soy un andaluz orgulloso, pero no andalucista ideológico.

¿Twitter es un género literario por sí mismo?

Ahora mismo es una herramienta de promoción.

En Twitter no rehúyes de comentar Sálvame.

Me encanta la cultura popular.

"La política ha aprendido mucho de Sálvame"

¿Te parece más serio Sálvame o la política?

La política ha aprendido mucho de Sálvame. Muchas de las cosas que nosotros vemos en Sálvame lo están reproduciendo políticos. Esas maneras airadas de expresar sus ideas, el mensaje o la frase más impactante, esa sensación de cercanía… eso está en la tele, en Telecinco. De hecho, hay políticos que han llamado a Sálvame, algo querrán decir.

Pero Sálvame es divertido porque es literatura. Sálvame son personajes. Igual que leemos un libro, el último ha sido La Parcela, y me interesa la vida de ese profesor que se va a Francia, un señor al que no conozco de nada y me conmueve, también me puede interesar la vida de Anabel Pantoja. Una señora que quiere adelgazar, que se ha divorciado… Igual que te gusta la literatura y te gustan los personajes, también te gustan los personajes de esa literatura breve. Me pueden gustar las novelas y también saber de la vida de esta gente.

¿Te aportan estos programas a la hora de escribir?

Al final hablan de lo mismo de lo que hablamos en los libros. Hablan de amor, celos, inseguridades, miedo, venganza, miseria, familiares. Al final no hay ningún tema que se toque en Sálvame que no se haya desarrollado en la literatura y viceversa.

¿Te gustaría tocar algún tema concreto en un libro futuro?

Sí, quizás la política. Es un tema que me interesa. Quiero hablar más de política. Quizás mojarme más de lo que lo hago. No rehuir. He sido muy activista políticamente, he sido militante y he creído mucho en la política. Estoy viviendo un momento de desafección que creo que no es personal sino generacional. Y a lo mejor debería hacerlo. Pero si te soy sincero al final terminaré hablando de lo de siempre: del amor, del tiempo y de la muerte.

¿Por qué es la desafección?

Se ha visto que la política tiene mucho boato, tiene mucha pompa y después las soluciones siempre son cortoplacistas y no rotundas. Hay muchos problemas a los que seguimos dándoles vueltas 20 años después.

¿En qué se parecen el corazón, el fútbol y la política?

En que somos humanos y están regidos por la pasión.

¿Cuál tiene más pasión de los tres?

A priori dicen que el fútbol, pero estoy descubriendo que en la política hay bastante pasión. Muchas de las decisiones que se toman, se toman con el corazón, no con la cabeza.

"No quiero regalarle a Twitter mi contenido"

Borras tus tuits cada cierto tiempo, ¿por qué?

Es meditado. Hablo de tuits y artículos que fueron virales, sin excepción. Lo borraba porque no quiero regalarle a Twitter mi contenido. No me paga nada. Yo utilizo Twitter y Twitter me utiliza a mí y no quiero dejarle ese legado. Después temo el uso torticero de cosas que se dicen en la antigüedad. Yo no digo que no esté de acuerdo, pero a lo mejor hoy estoy pensando una cosa y la semana que viene estoy pensando otra. Alguien puede creer que lo que digo ahora es mentira porque hace un año dije otra cosa. Yo quiero tener derecho a cambiar de opinión.

¿Se ha degenerado Twitter en los últimos años?

Si en algún momento creímos que era una cosa espectacular, nos equivocamos. Las cosas no se degeneran, lo que pasa es que encumbramos a las personas. ¿Se ha degenerado un político? No, a lo mejor es que le dimos mucha bola. ¿Un futbolista se ha degenerado? No, a lo mejor creímos que era mucho mejor de lo que era. Twitter a lo mejor nos pareció algo espectacular y después no era tanto. Era una red social como cualquier otra. Desaparecerá como desaparecerá Instragram porque ya he visto desaparecer el IRC, Fotolog, MySpace, Tuenti, Facebook que ya no es lo que conocí… Al final pasa el tiempo y esas cosas desaparecen. Las redes sociales no son la vida, aunque mucha gente crea que sí.

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

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