Andalucía se sitúa como la segunda comunidad autónoma con peor calidad de vida en España, solo por delante de Canarias, según el Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV) correspondiente a 2024, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La comunidad obtiene 99,54 puntos, muy por debajo de la media nacional, que alcanzó los 101,47 puntos.
A nivel nacional, el indicador experimentó un incremento de 0,27 puntos en 2024, encadenando dos años consecutivos de mejoras tras las caídas registradas desde 2020 por el impacto de la pandemia de la covid. Según el INE, este repunte se explica por los avances en las dimensiones de condiciones materiales de vida, trabajo, salud, educación, seguridad y medio ambiente, aunque se observó un deterioro en ocio, relaciones sociales y experiencia general de la vida.
Andalucía, por debajo de la media en la mayoría de indicadores
En el desglose por comunidades, Navarra (105,19), La Rioja (103,91) y el País Vasco (103,74) encabezan el ranking de calidad de vida en España, seguidas por Cantabria, Aragón, Baleares, Asturias, Madrid, Comunidad Valenciana y Castilla y León, todas por encima de la media. En el extremo opuesto, junto a Andalucía, se sitúan Galicia (99,67), Canarias (99,38), Melilla (98,9) y Ceuta (97,9).
El informe subraya que Navarra destaca en salud, ocio, entorno y experiencia vital, mientras que el País Vasco sobresale en condiciones materiales y educación. Baleares lidera en empleo, Asturias en seguridad personal y Comunidad Valenciana en gobernanza. En cambio, Andalucía muestra rezagos en la mayoría de las dimensiones, con especial brecha en las condiciones materiales y el entorno medioambiental.
Cómo se mide la calidad de vida
El Indicador Multidimensional de Calidad de Vida se compone de nueve dimensiones que abarcan tanto factores objetivos como subjetivos: condiciones materiales, trabajo, educación, salud, ocio, relaciones sociales, seguridad, gobernanza, medioambiente y satisfacción vital. Según el INE, los datos se obtienen mediante diversas encuestas que miden ingresos, empleo, educación y bienestar percibido.
Para elaborar la comparación entre comunidades, el instituto normaliza cada variable a una escala común y posteriormente agrega los indicadores en un índice global con el mismo peso para cada dimensión, aunque permite ajustes personalizados. De esta forma, el IMCV busca ofrecer una visión más integral del bienestar que la que proporcionan los indicadores económicos tradicionales.
Pese a la mejora general del país, Andalucía mantiene uno de los peores registros, reflejando la persistencia de desigualdades estructurales en el territorio. La evolución del indicador muestra que el crecimiento económico no siempre se traduce en mejor calidad de vida, especialmente en regiones con menor desarrollo social y ambiental.