Andalucía sigue siendo la comunidad española con mayor tasa de pobreza. Hasta ahí, todo normal. Es la triste normalidad de una región que sigue a la cola en muchos aspectos. La tasa Arope de 2024 (At Risk Of Poverty and/or Exclusion, de Riesgo de Pobreza, Pobreza Severa y Baja Intensidad de Empleo en el hogar) es del 35,6%, y aunque son 1,9 puntos menos que el año anterior, está diez puntos por encima de la media del país. En la práctica, significa que unos tres millones de andaluces están en riesgo de pobreza.
La comunidad continúa liderando cuatro de los cinco principales indicadores de pobreza y exclusión social, aunque haya ligerías mejorías en algunos de ellos. La feminización de la pobreza se mantiene y la pobreza infantil sigue en niveles alarmantes, evidenciando desigualdad estructural y falta de oportunidades.
Son datos ofrecidos por la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-Andalucía) en su XV Informe sobre el Estado de la Pobreza en Andalucía. Seguimiento de los indicadores de la Agenda UE 2030, con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
La desigualdad de género se mantiene como un desafío estructural, puesto que la tasa Arope femenina alcanza el 37,3%, frente al 33,9 % de la masculina, consolidando la brecha más alta registrada desde el año 2014. Además, la población infantil sigue siendo la más afectada, con un 44,9% de menores en riesgo de pobreza, aunque se haya reducido 2,2 puntos en un año.
Tres millones de andaluces están en riesgo de pobreza, según el informe de EAPN-Andalucía
"La pobreza en Andalucía sigue siendo estructural y profundamente desigual. No podemos hablar de recuperación cuando más de una cuarta parte de la población continúa en riesgo de exclusión social. Detrás de las cifras hay vidas y derechos de personas vulnerados, y eso exige decisiones políticas valientes y sostenidas en el tiempo", indica Juan Luis Delcán, presidente de EAPN-Andalucía.
La tasa de riesgo de pobreza más alta del país
En términos de Tasa de Riesgo de Pobreza, Andalucía también encabeza las cifras nacionales en 2024, con un 29,2%, lo que representa 2,5 millones de personas con ingresos por debajo del umbral de pobreza. Al igual que sucedía con la tasa Arope, la pobreza infantil alcanza el 40,5%, mientras la tasa de pobreza entre mujeres es del 30,5%, 2,6 puntos más que la masculina (27,9%).
La Tasa de Pobreza Severa se mantiene en un 12,8 %. Este indicador refleja la proporción de personas que viven en hogares con ingresos inferiores a 644 euros al mes por unidad de consumo. En 2024, se amplía la brecha de género, ya que es del 13,4 % entre mujeres frente al 12,1 % entre hombres.
La Carencia Material y Social Severa (CMSS) es el único de los cinco principales de pobreza en el que Andalucía no ocupa el primer puesto, situándose en 2024 en el 10,6%, lo que representa más de 910.000 personas afectadas. Esta cifra supone una reducción de dos puntos porcentuales, lo que sitúa a la comunidad andaluza solo por detrás de Canarias. Este indicador de carencia mide la privación grave en el acceso al consumo de 13 bienes y servicios esenciales para una participación plena en la sociedad europea, como la alimentación, la vivienda, la educación y el ocio.
842.000 personas en hogares con baja actividad laboral
En Andalucía, la Baja Intensidad de Empleo (BITH) sigue siendo otro indicador crítico de vulnerabilidad económica, afectando al 12 % de la población menor de 65 años, cifra que mantiene a la región como la comunidad autónoma con mayor valor de España. En términos absolutos, esto supone unas 842.000 personas en hogares con baja actividad laboral, de las cuales 454.000 son mujeres y cerca de 388.000 hombres, incrementándose la brecha de género en 2,1 puntos respecto al año anterior.
La situación laboral se refleja también en la tasa de paro, que en el segundo trimestre de 2025 se sitúa en el 14,85%, 1,42 puntos porcentuales menos que el mismo periodo del año anterior, mostrando una ligera recuperación. Sin embargo, Andalucía sigue entre las regiones con mayor desempleo del país, solo por detrás de Ceuta, Melilla y Extremadura, y el 26,6% de las personas desempleadas llevan más de dos años buscando trabajo, lo que evidencia la persistencia del paro de larga duración y la dificultad para acceder a empleos estables y de calidad.
El paro de Andalucía es de los mayores del país, solo por detrás de Ceuta, Melilla y Extremadura
La renta media por persona en Andalucía se sitúa en 12.191 euros, la segunda más baja de España, solo por encima de Murcia, y 2.616 euros por debajo de la media nacional. Aunque nominalmente la renta media ha aumentado un 35,4% desde 2008, ajustada al Índice de Precios de Consumo (IPC), el incremento real hasta 2024 es apenas de 84 euros, mostrando que la población apenas ha recuperado poder adquisitivo frente al encarecimiento de la vida.
Además, el 15,5% de la población andaluza se encuentra en el decil más bajo de renta nacional, cifra ligeramente superior a la del año pasado. Estos datos en conjunto muestran cómo la precariedad laboral, el desempleo prolongado y la pérdida de poder adquisitivo siguen consolidando la desigualdad económica.
Junto con el empleo, la vivienda también sigue enfrentando importantes desafíos estructurales. En 2024, el desembolso medio por arrendamiento en Andalucía alcanzó los 517 euros, ligeramente superior al pago medio de hipoteca (488 euros), mientras que, de media, las familias destinan un 16,7% de sus ingresos a la vivienda, cifra similar a la media nacional (17%). Sin embargo, este porcentaje se dispara entre la población en situación de pobreza, que dedica un 30,1 % de sus ingresos a cubrir los gastos de vivienda, casi el doble que el promedio general.
La pobreza infantil, gran asignatura
La pobreza infantil continúa siendo una de las caras más duras y persistentes de la exclusión en Andalucía. El 44,9% de menores andaluces vive en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que sitúa a la comunidad entre las regiones con peores cifras del país.
La falta de recursos en los hogares —casi uno de cada cinco menores andaluces sufre pobreza severa, sin acceso regular a bienes y servicios básicos como una alimentación adecuada, ocio educativo o vivienda en condiciones dignas— repercute directamente en su bienestar, en sus oportunidades y en su desarrollo futuro.
A esta situación se suma una elevada tasa de abandono escolar temprano, que en Andalucía alcanza el 15,54%, más de dos puntos por encima de la media nacional. Esta brecha educativa consolida el círculo de la pobreza, ya que limita el acceso a empleos estables y cualificados.
La pobreza en Andalucía, por provincias
Almería continúa siendo una de las provincias más castigadas por la pobreza estructural en Andalucía. En 2024, el 38,4 % de su población —unas 275.000 personas— se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social (Arope), la cifra más alta de la comunidad. La tasa de pobreza alcanza el 32,1 %, y la pobreza severa el 13,5 %. Además, un 11,3 % de los almerienses vive en carencia material y social severa. L
En Cádiz, la pobreza también tiene raíces profundas. Su tasa Arope se sitúa en el 37,6 %, y la pobreza afecta al 30,8 % de sus habitantes. Uno de cada ocho gaditanos —el 13,1 %— vive en pobreza severa. La provincia, con una de las tasas de paro más altas de España, sufre una doble desigualdad: la brecha entre el litoral y el interior, y entre los barrios con alta renta turística y los núcleos urbanos con desempleo crónico. La pobreza infantil alcanza el 44 %, una de las más altas del país.
Córdoba presenta una leve mejoría en todos los indicadores respecto a 2023, pero sigue muy por encima de la media nacional. El 34,7 % de su población está en riesgo de pobreza o exclusión, el 28,5 % por debajo del umbral de pobreza y el 11,9 % en pobreza severa. El 9,8 % de los cordobeses sufre carencia material y social severa. Las desigualdades se concentran en los entornos rurales y en los barrios periféricos de la capital, donde la vivienda y el empleo precario son factores de vulnerabilidad. Córdoba muestra una reducción sostenida desde 2018, pero las cifras confirman que el avance es insuficiente para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.
Almería es la provincia con la tasa Arope más alta de Andalucía. La pobreza infantil alcanza el 44%
En Granada, la tasa Arope es del 36,9 %, con un 29,7 % de pobreza y un 12,4 % de pobreza severa. La carencia material y social severa afecta al 10,5 % de su población. La provincia arrastra un desequilibrio histórico entre el medio rural y la capital universitaria, con zonas agrícolas deprimidas y un mercado laboral muy condicionado por la temporalidad turística. Granada mantiene un elevado índice de pobreza infantil (42 %) y una brecha de género creciente: las mujeres presentan tasas de pobreza 2,5 puntos por encima de los hombres. La falta de vivienda asequible y la precariedad del empleo joven agravan el problema.
Huelva muestra un progreso moderado, pero continuado. La tasa AROPE se reduce hasta el 35,2 %, la pobreza al 27,9 % y la pobreza severa al 11,1 %. El 9,4 % de su población vive en carencia material y social severa. La provincia experimenta una ligera mejora gracias a la estabilización del empleo en el sector servicios y a los programas de apoyo social, aunque sigue condicionada por la estacionalidad agrícola y turística. La situación de los trabajadores temporeros y las familias migrantes sigue siendo un punto crítico.
En Jaén, la evolución es más positiva. La tasa AROPE baja al 33,8 %, la pobreza al 27,2 % y la pobreza severa al 10,7 %. La carencia material y social severa se reduce al 8,9 %, una de las más bajas de Andalucía. El repunte del empleo agrario y las políticas locales de inserción laboral han contribuido a una mejora sostenida.
Málaga, pese a ser una de las provincias más dinámicas económicamente, sigue presentando una elevada desigualdad social. Su tasa AROPE es del 34,1 %, con un 28,1 % de pobreza y un 11,3 % de pobreza severa. El 9,7 % de los malagueños vive en carencia material y social severa. El principal factor de vulnerabilidad es el encarecimiento de la vivienda y del coste de vida, especialmente en la capital y la Costa del Sol, donde los alquileres expulsan a miles de familias hacia la periferia o la exclusión residencial.
Sevilla combina un alto dinamismo económico con una profunda desigualdad interna. Su tasa Arope se sitúa en el 35,5 %, la pobreza en el 29,5 % y la pobreza severa en el 12,1 %. El 10,2 % de su población sufre carencia material y social severa. Sevilla es la provincia con mayor número absoluto de personas pobres —más de 700.000—, concentradas en los cinturones metropolitanos y en las zonas rurales del norte.
