La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha emitido aviso especial por la ola de calor, con una duración prevista al menos hasta el próximo lunes 6 de agosto y que afectará a gran parte de la península, con especial incidencia en Andalucía Occidental. Esta situación meteorológica se debe a las condiciones de estabilidad atmosférica en gran parte del país, a la fuerte insolación propia de estas fechas y a la entrada de aire cálido de origen africano procedente del sur por la mitad occidental peninsular.
El episodio será especialmente intenso y duradero en el cuadrante suroeste, donde nos encontramos, y también en la zona centro y valle del Ebro. Está previsto que las temperaturas superen los 40ºC en buena parte del interior del cuadrante suroeste y que durante el jueves y el viernes incluso puedan alcanzarse los 44ºC en el Valle del Guadalquivir.
En el resto del país es probable que se alcancen o superen los 35ºC a partir del viernes y sábado, afectando a zonas donde son poco habituales estas temperaturas, como el interior del área Cantábrica y el litoral catalán. Por el contrario, este episodio de calor no será significativo en el litoral de Andalucía oriental, Canarias, Ceuta y Melilla. Las temperaturas mínimas serán también significativamente altas en amplias zonas, sobre todo, en el cuadrante suroeste, donde podrían no bajar de los 25ºC a partir del jueves. En el resto se mantendrán por encima de los 20ºC, salvo en áreas de montaña.
Sobre el pronóstico a partir del lunes día 6 de agosto, se mantiene la incertidumbre, aunque es posible que se inicie un lento y progresivo descenso de temperaturas.
Consejos básicos para evitar riesgos
Ante las altas temperaturas es preciso protegerse y evitar riesgos innecesarios, extremando las precauciones y prestando especial atención a los colectivos más vulnerables, menores, mayores y personas enfermas, así como procurar estar informados a través de los medios de comunicación y seguir las recomendaciones.
Ante una situación de temperaturas extremas por calor es importante limitar la exposición al sol, permaneciendo en lugares protegidos y sombreados el mayor tiempo posible y manteniendo estos espacios bien ventilados. Es preciso tener en cuenta que, al entrar o salir de estos lugares, se producen cambios bruscos de temperatura que pueden afectarnos.
Es oportuno tomar comidas ligeras y regulares, bebidas y alimentos ricos en agua y sales minerales, como las frutas y hortalizas, que ayudan a reponer las sales perdidas por el sudor. Asimismo utilizar ropa adecuada, preferentemente de colores claros, cubriendo la mayor parte del cuerpo, especialmente, la cabeza.
Es importante evitar ejercicios físicos prolongados en las horas centrales del día. E imprescindible, interesarse por las personas mayores y enfermas próximas, que vivan solas o aisladas. Y nunca dejar a menores ni personas mayores en el interior de un vehículo cerrado.
Las pautas de comportamiento sugeridas por los servicios de protección civil sirven tanto para protegernos a nosotros mismos, como para preservar los recursos hídricos y evitar incendios forestales, cuya declaración y propagación se ve favorecida por las altas temperaturas.
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