El trabajo es frenético en la calle del Almendral, en el barrio del mismo nombre de Jerez, donde los operarios se afanan en desmontar el mobiliario de la que hasta ahora ha sido la sucursal de la Caixa, que confirma así su marcha de la zona, dejando vacío un edificio que acogió a la antigua Caja de Ahorros de Jerez. De hecho, todavía se puede leer las marcas de la antigua señalizacón de la Caja, que luego fue Cajasol y posteriormente Caixabank.
"Hoy íbamos a sacar dinero y el cajero no ha funcionado", comenta Nieves, propietaria de la confitería El Almendral, situada a pocos metros del edificio que se quedará vacío, en espera de que sus nuevos propietarios le den uso. "A nosotros nos avisaron hace dos semanas por email", añade. "Nos perjudica porque tenemos ahí las cuentas de la empresa", dice. "La puñeta se la hacen sobre todo a las personas mayores del barrio", añade Nieves, "que tendrán que ir más lejos a sacar del cajero su pensión".
La sucursal más próxima, de momento, está en la plaza de las Marinas, a casi un kilómetro de distancia. Aunque algunos vecinos comentan que también cerrará, por lo que tendrá que ir hasta la plaza del Caballo, a dos kilómetros. Jorge, hermano de Nieves, regenta una papelería que también es administración de Loterías. Él es cliente del banco, pero lo lleva con filosofía. "Soy el primer perjudicado, porque tengo mis cuentas y hasta los seguros, pero sus razones tendrán", comenta.
El cierre de esta sucursal entra dentro de la reconversión anunciada por Caixabank, por la que prevé cerrar casi 600 oficinas por todo el país, pasando de 4.219 que tenía a principios de 2019 a las 3.640 con las que prevé quedarse en 2020. Este cierre viene acompañado de un incremento del número de oficinas Store, que en palabras del CEO del banco, Gonzalo Gortázar, son "oficinas más grandes, con más empleados, más profesionalizadas", aunque este ajuste incluirá despidos, aunque la entidad aun no ha anunciado a cuantas personas afectará.
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