Una paciente de 61 años falleció por una trombosis venosa profunda en enero de 2016 tras haber acudido dos semanas antes al hospital Infanta Luisa de Sevilla, donde la derivaron a su domicilio, con la prescripción de guardar reposo y tomar relajantes musculares.
Tres años después, según se hace eco Diario de Sevilla, un juzgado obliga a una compañía aseguradora a indemnizar con 300.309,52 euros a los familiares de la fallecida. La víctima, con un dolor de pantorrilla y sin ningún antecedente traumático, tras habérsele apreciado una posible trombosis venosa profunda, se le practicó una ecodoppler y fue dada de alta inmediatamente, con la prescripción de reposo y relajantes musculares. La autopsia ha acreditado la existencia una trombosis venosa profunda, tal y como fue diagnosticada, en la extremidad de la que se sentía aquejada.
La parte demandante reclama que había una mala praxis ya que no se le hizo un segundo ecodoppler una semana más tarde además de no haberle prescrito heparina. Pese a haberse presentado dos informes periciales contradictorios, por parte de ambas partes, el juez ha dado más valor a la demandante que representa un especialista en negligencias médicas, el abogado Rafael Martín Bueno.
Según el fallo y el propio informe pericial "no se dio importancia a la clínica presentada por la paciente y a la elevación importante del D-Dímero, y al tener el ecodoppler venoso normal se dio de alta a la paciente sin pautar heparina de bajo peso molecular y sin indicar a la paciente que debía repetirse el estudio pasada una semana para confirmar o descartar la presencia de una trombosis venosa, falleciendo en su domicilio dos semanas después por un embolismo pulmonar masivo". De esa forma, la sentencia considera una relación entre la praxis y la muerte de la paciente, considerando por tanto la negligencia médica.
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