La final de la Copa del Rey de 2020 -un año más tarde, por la pandemia- se celebra este fin de semana en el estadio de La Cartuja de Sevilla. Se enfrentan dos equipos vascos, el Athletic de Bilbao y la Real Sociedad. El aplazamiento en el tiempo, un año más tarde de lo que correspondería, se debe a que la pandemia paralizó la competición y el calendario quedó apretado para el final de Liga, por lo que se decidió que fuera ya comenzada la siguiente temporada. Paradójicamente, se celebra poco antes de la final de Copa de 2021.
Y la razón de ese aplazamiento ha sido la intención de los clubes y la Federación de estudiar la posibilidad de que fuera ya con público. Sevilla, así, se habría beneficiado de una gran llegada de turistas. Pero los problemas para permitir la movilidad y el impedimento aún de que los campos de fútbol tengan aficionados acabó imponiendo la necesidad de que se celebrase a puerta cerrada.
Eso sí, Sevilla se ha librado, afortunadamente, de las consecuencias del partido. Porque tan solo hay que ver que la pasión por el fútbol es capaz de dejar imágenes de aglomeraciones con la despedida de muchos aficionados a su equipo desde las instalaciones del Atheltic de Bilbao.
De haberse celebrado finalmente con público, habría supuesto el desembarco de miles de personas en una actitud de fiesta con incumplimientos, o eso es al menos lo que parece en vista de los vídeos y fotos del apoyo de los hinchas a su equipo.
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