El Consejo de Gobierno ha destituido al delegado territorial de Salud en Sevilla, Manuel Molina, tras su implicación en el caso de los errores detectados en los cribados de cáncer de mama. Su puesto será ocupado por Silvia Pozo, concejal del Ayuntamiento de Sevilla y responsable municipal de Salud y del Distrito Macarena, quien dejará estas funciones para incorporarse a la Junta de Andalucía.
Con esta decisión, Molina se convierte en la cuarta persona que abandona su cargo por la crisis surgida en la Consejería de Salud a raíz de los fallos en los programas de detección de cáncer de mama, y la tercera desde que Antonio Sanz asumió la dirección del departamento. Aunque el consejero había señalado que su objetivo no era renovar por completo la cúpula de la Consejería, finalmente ha optado por relevar al delegado provincial de Sevilla.
Ex gerente del Virgen del Rocío
El cese de Molina se explica en parte por su anterior papel como gerente del Hospital Virgen del Rocío, centro sanitario en el que se concentran la mayoría de los errores detectados. Desde su llegada a la Junta, Sanz había recibido múltiples quejas sobre su gestión, aunque la destitución no se ha producido hasta más de un mes después de su nombramiento.
Antes de este relevo, el presidente andaluz, Juanma Moreno, había cesado a la consejera de Salud, Rocío Hernández. Posteriormente dimitieron el jefe del Servicio de Radiología del Hospital Virgen del Rocío, quien asumió su responsabilidad institucional, y la coordinadora de la unidad de mama del mismo centro, donde se han registrado cerca del 90% de los fallos en los cribados.




