La Comunidad de Madrid ha iniciado un expediente de investigación tras una información publicada por ElDiario.es, en el que se explica cómo, presuntamente, trabajadores de la residencia Casablanca Valdesur habrían vacunado a sus familiares y allegados con las dosis entregadas para los ancianos.
La citada residencia es concertada y el grupo al que pertenece es una de las empresas beneficiarias de la externalización de la inmunización. En declaraciónes a El País, el preidente del conglomerado, Ignacio Fernández, señala que "estamos vacunando a residentes y personal y si sobra entran voluntarios que están en contacto con residentes".
La cuestión es, en primer lugar, si se trató de un desvío de un grupo de trabajadores o una acción coordinada saltándose los protocolos que exige el Ministerio de Sanidad y aplican las comunidades para empezar vacunando solo a mayores, empleados sociosanitarios y sanitarios.
Cada vacuna debe estar trazada, accediendo a un registro en que se dice quién se la pone y cuándo, por lo que el desvío de estas dosis de la vacuna de Pfizer genera dudas sobre la gestión. Las vacunas de personas mayores -o, en su caso, sus famliares- deben bajo toda circunstancia ser devueltas.
En la información de ElDiario.es se señala que se habrían vacunado, por ejemplo, el marido de una doctora, que habría incluso reconocido la irregularidad como "una excepción", y que fueron admitiendo con naturalidad. "Lo ha gestionado la directora médica personalmente conmigo", decía una médica. "Creo que es un favor que nos hacen porque los médicos somos extranjeros, así podemos volver a casa", y que se trataría de "unas pocas excepciones". La empresa, que si bien señaló a El País que si sobraban vacunas se hacía con voluntarios, negó a ElDiario.es esas irregulariedades: "No se están vacunando familiares".
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