Un equipo internacional de científicos, encabezado por la Universidad Complutense de Madrid, ha advertido sobre la propagación global de un gen denominado npmA2, capaz de conferir a ciertas bacterias una resistencia total frente a antibióticos considerados de último recurso. El hallazgo, publicado en la revista Nature Communications, ha generado preocupación en la comunidad científica por su potencial para dificultar el tratamiento de infecciones graves.
El gen npmA2 ha sido identificado en cepas bacterianas de seis países y en muestras procedentes de humanos, animales y entornos ambientales. Esta amplia presencia confirma su circulación internacional y plantea riesgos tanto en contextos clínicos como agrícolas. Los investigadores señalan que este gen había pasado desapercibido hasta ahora, y destacan su aparición en bacterias ya de por sí problemáticas por su resistencia a los tratamientos convencionales.
El estudio se basa en el análisis de cerca de dos millones de muestras bacterianas. Los resultados muestran que npmA2 se encuentra en un fragmento móvil de ADN, lo que le permite trasladarse fácilmente entre diferentes especies bacterianas. Esta movilidad lo convierte en una amenaza particular, ya que puede insertarse en microorganismos patógenos y aumentar su virulencia y resistencia.
Entre las bacterias portadoras detectadas figuran Clostridioides difficile, asociada a infecciones intestinales severas, y Enterococcus faecium, responsable de contagios hospitalarios con una elevada mortalidad en países como España. En estas bacterias, la presencia del gen convierte las infecciones en prácticamente intratables con los antibióticos disponibles.
Reforzar el uso de antibiótico
Los autores del trabajo han subrayado la urgencia de reforzar la vigilancia del uso de antibióticos y de invertir en el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas. El avance de genes como npmA2 podría marcar un retroceso en los logros alcanzados en la medicina moderna si no se adoptan medidas eficaces a corto plazo.
Además de la Universidad Complutense de Madrid, el estudio ha contado con la colaboración de instituciones como el Wellcome Sanger Institute del Reino Unido, el Instituto Pasteur de Francia y centros de investigación de los Países Bajos y Australia, lo que refuerza el carácter internacional de la alerta científica.
