La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha aclarado los motivos que han llevado a la paralización de las obras en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de Puerto Real, tras la preocupación generada entre profesionales y sindicatos por el estancamiento del proyecto y la falta de información oficial.
Según ha explicado el Gobierno andaluz a este periódico, la empresa encargada de las obras solicitó una modificación del contrato que fue finalmente rechazada por la dirección facultativa del proyecto. Esta desestimación se basó en los informes técnicos, que no consideraban suficientemente justificado el cambio según lo estipulado en la Ley de Contratos del Sector Público.
En abril, se trasladó a la empresa adjudicataria que debía proseguir los trabajos conforme a los plazos establecidos. Sin embargo, desde entonces no ha habido comunicación formal por parte de la constructora, que ha optado por ralentizar el ritmo de ejecución de forma unilateral. Ante esta situación, el órgano de contratación está valorando las posibles medidas legales a adoptar.
La obra, iniciada el pasado año y con una inversión prevista de 5,5 millones de euros, permanece detenida desde hace más de tres meses, según han confirmado trabajadores del hospital. Fuentes del centro apuntan a que la empresa adjudicataria habría abandonado de facto el proyecto al negarse a asumir un sobrecoste imprevisto.
El pasado mes de febrero, la delegada territorial de Salud y Consumo, Eva Pajares, visitó las instalaciones para comprobar el estado del proyecto, considerado la mayor inversión en infraestructuras desde la apertura del hospital. Durante esa visita, se constató que ya habían concluido los trabajos de demolición y comenzado la construcción de la nueva estructura.
Obras para ampliar y modernizar
La actuación tiene como objetivo ampliar la superficie de la antigua UCI mediante obras en la terraza y en la planta superior, con la intención de modernizar el Área de Cuidados Críticos y Urgencias. La intervención contempla un refuerzo de equipos y una redistribución de espacios para mejorar la capacidad de respuesta ante picos de demanda asistencial.
Uno de los elementos clave del proyecto es la incorporación de tecnología de última generación, lo que permitirá aumentar el número de camas disponibles y diferenciar las áreas de alta complejidad, cuidados intermedios y coronarias. Esta reorganización busca mejorar la eficiencia y ajustar aún más la ratio de enfermería por paciente en función de la gravedad clínica.
Además de las mejoras técnicas, la reforma incluye avances en la estrategia de humanización de la asistencia, ya iniciada en las anteriores instalaciones. El rediseño prevé entornos más acogedores para pacientes y familiares, alineándose con las directrices de la Estrategia de Humanización de la Consejería.
