El Centro de Investigaciones Sociológicas ha publicado esta semana el barómetro sanitario de 2023, una encuesta que muestra la satisfacción de los españoles con la sanidad pública del país. Al ser una competencia que tienen las comunidades autónomas, en dicho barómetro se reflejan las opiniones de los usuarios de la sanidad sobre el servicio que prestan sus respectivos gobiernos regionales.
La sanidad es uno de los temas sensibles en el Gobierno andaluz. La oposición ve en él la principal grieta para desgastar a Juanma Moreno. Además, las movilizaciones de los sindicatos son prácticamente semanales. Sin embargo ya no sólo es un asunto político, sino también social. La sanidad se ha convertido en la segunda principal preocupación de los andaluces, según refleja el barómetro del Centro de Estudios Andalucies, una encuesta que edita la propia Junta a través de la Consejería de la Presidencia.
El barómetro del CIS no hace más que refrendar la sensación existente sobre la disminunción en la calidad del servicio. La mitad de los andaluces creen que el sistema denecesita cambios fundamentales o profundo, una cifra que no se alcanza en ninguna otra comunidad. La suma de ambas en el resto de terrorios ronda el 40%. Esto se refleja también en la satisfacción del usuario con una nota media de 5,85, la más baja del país exceptuando Melilla. La media está situada en 6,27.
Durante el último año, en el centro de la críticas se ha colocado la Atención Primaria, un servicio que no sale bien parado de esta encuesta. Andalucía es la única comunidad en la que la puntuación que dan los usuarios no llega al 6, quedándose en un 5,98 mientras la media es de 6,37. Esta tendencia también se repite en las consultas con el especialista o la atención en urgencias, donde Andalucía vuelve a recibir la puntuación más baja. En el resto de situaciones por las que se preguntan también se sitúa por debajo de la media.
En la Atención Primaria, precisamente, se muestra uno de los datos más alarmantes. Casi el 60% de los que pidieron cita en el médico de familia tardó más de una semana en ser recibido. Incluso el 35% tuvo que esperar once días o más. Todo ello contrasta con la gran confianza que los Andaluces muestran con sus respectivos médicos, aunque es un dato también está por debajo de la media.
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