Si dimite Sánchez, ¿qué ocurre después? Preguntas y respuestas

La Constitución del 78 ofrece varias respuestas. Dependiendo de cómo se desarrolle el escenario, podría haber elecciones en un mes, al final del verano o que la legislatura continúe con otro nombre, como el de María Jesús Montero

Pedro Sánchez, tras lograr la investidura el pasado noviembre.
Pedro Sánchez, tras lograr la investidura el pasado noviembre.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba sorpresivamente este miércoles que se está planteando dimitir. Un escenario que, como revela en una carta, tiene que ver con la investigación admitida a trámite en un juzgado contra su esposa, Begoña Gómez. El lunes anunciará en rueda de prensa si decide marcharse o si se queda. Si "merece la pena" el acoso "por tierra, mar y aire", al que apunta a medios "de derecha y ultraderecha", orquestados por PP y Vox.

¿Es la primera vez que ocurre?

Lo cierto es que no. Adolfo Suárez, primer presidente electo de nuestra democracia actual, dimitió en 1980. Entonces, su pérdida de prestigio internamente -incluso a ojos del monarca-, el inicio del declive de UCD, los visos de la consolidación de una democracia cristiana que entonces era Alianza Popular, o el propio cansancio de Suárez, desembocaron en su dimisión. En la investidura de Calvo-Sotelo para sustituirle se produjo el golpe de Estado del 23-F, muestra del clima de la democracia por entonces.

Ante la dimisión del presidente, ¿quién toma el poder?

La Constitución dice que, si el presidente dimite, su Gobierno pasa a estar en funciones. Es decir, algunas normas de calado no pueden tramitarse, todo gira en torno al despacho diario de asuntos. Por tanto, quien ostente la Vicepresidencia Primera -en este caso, María Jesús Montero- no pasa a ser presidenta, ni mucho menos.

Entonces, ¿habrá elecciones?
No necesariamente. Al dimitir el presidente, se abre un periodo de consultas del Rey respecto a los partidos en el Congreso para que presenten un candidato. Exactamente lo mismo que ocurre después de Elecciones Generales. Ese proceso no es automático, sino que el monarca se reúne con la Presidencia del Congreso después de los comicios para ver qué persona tiene más visos de lograr la Presidencia del Gobierno.

Además, ocurre una cosa. Como Pedro Sánchez adelantó las Elecciones Generales el pasado 29 de mayo de 2023, no podrían convocarse nuevas elecciones. Tiene que pasar menos de un año entre la anterior disolución de las cámaras y las siguientes. Sí, en España ha habido ocasiones en que se ha votado con menos de un año de diferencia, pero porque hubo elecciones anteriores y no se eligió presidente. Este no es el caso. Ha habido Gobierno, y el entrante no puede disolver las cámaras con menos de un año diferencia. Se trata de un escenario diferente.

Si hay investidura, ¿quién podría sustituir a Sánchez?

Es una decisión de los partidos representados en el Congreso, y será quien proponga el Rey, previa consulta con la presidenta del Congreso. Los partidos transmitirían un nombre. Dentro del terreno de la especulación, lógicamente, todo apuntaría a una persona del PSOE, que es el partido que ya logró armar su mayoría para la investidura de Sánchez. Continuando con la especulación, la persona con más poder en el Gobierno es María Jesús Montero. Algunos de otros cargos que llevan desde el principio con Sánchez, como Marlaska o Robles, no son ministros 'de partido', sino que proceden de su carrera profesional directamente. Montero sí es militante.

Hay que recordar que el PSOE puede elegir a cualquier persona que proponga, no es necesario que el presidente o presidenta tenga asiento en el Congreso. Eso abriría la puerta a otras opciones más 'llamativas', más 'inesperadas'. Pero el PSOE no tiene grandes barones. El de mayor rango, con más años y poder interno, es Emiliano García-Page, que pertenece a una corriente opuesta al sanchismo. Difícil que prospere un nombre como el suyo, entre otras cosas porque cualquier candidato socialista, para obtener apoyo en una nueva investidura, debe mostrarse favorable a tramitar la Ley de Amnistía. ¿Otros nombres cercanos a Sánchez? Patxi López, por ejemplo.

¿Y si hay sesión de investidura pero no logra el apoyo de la Cámara?

Entonces, la Constitución marca un plazo de dos meses. Antes de esa fecha, no se podrían convocar elecciones. Sería posterior en el calendario a otra eventual disolución de las Cortes que quedaría pospuesta a no antes del 29 de mayo, por el plazo constitucional de un año que se explica más arriba. Por tanto, entre que haya sesión de investidura, esta no prospere y se abra el plazo de dos meses... Habría que pensar en al menos cuatro meses de proceso. Quizás, elecciones en agosto o septiembre.

¿Qué hará Sánchez?

Eso no se sabe, lógicamente, hasta el lunes. Podría continuar. La oposición habla de 'escenificación' y 'victimización' del presidente, que busca reunir apoyos entre la gente para que acabe ese acoso "por tierra, mar y aire". Podría continuar hasta que se abra el plazo constitucional para disolver las cámaras y no presentarse (el 29 de mayo). Es decir, anunciar que se marcha, pero que temporalmente se queda un mes para facilitar nuevas elecciones y que no quede un Gobierno en funciones tanto tiempo. Podría marcharse y promocionar un nombre para que se presente y finalice la legislatura casi con normalidad. Un nombre como María Jesús Montero, por ejemplo, encajaría en esa idea quizás. Podría promocionar un nombre para que el Congreso le dé su apoyo temporalmente bajo la promesa de convocar pronto elecciones, por ejemplo, después del verano. Un nombre como Patxi López encajaría. Y podría marcharse sin tener claro que haya una persona que pueda ocupar su puesto, abriendo aún más la incertidumbre. 

¿Qué ha empujado a Sánchez a amagar con irse?

Él habla de acoso mediático basado en mentiras contra su esposa, Begoña Gómez. El sindicato ultraderechista Manos Limpias ha sido el que ha logrado que un juzgado admita a trámite la denuncia. Aunque, ojo, porque si se queda, la ciudadanía puede interpretar que "detrás de un político hay una persona". Pero tampoco hay que desdeñar que la oposición vea claro que Sánchez es dañable y, ante la ciudadanía, venda este amago como una muestra de debilidad.

Por otro lado, la oposición habla de un intento de Sánchez de consolidarse en el cargo, pero victimizándose. Sería, entonces, puro 'postureo' político,

Algunos medios, nada ajenos a cierta conspiranoia, dejan caer tesis basadas en dos noticias recientes: el empuje para reconocer Palestina, enfadando a Israel, por un lado; y la reapertura de la investigación sobre el caso Pegasus, el  espionaje y hackeo del móvil del presidente, no ahora sino años atrás, con tecnología israelí. Sánchez no fue el único alto dirigente espiado. Otra tesis es más sencilla: se va porque tiene cosas que ocultar. 

Sea como sea, el PSOE, efectivamente, está haciendo un llamamiento a "arropar" a Sánchez. Lo ha hecho el expresidente Zapatero este jueves. Son muchas las muestras de apoyo. En cualquier caso, no ocurre algo que no haya pasado antes. La Constitución del 78 tiene las respuestas. Otra cosa es lo que efectivamente pueda ocurrir.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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