El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha designado a Juan Espadas portavoz del Senado para la legislatura que recientemente se ha iniciado. El sevillano es senador por designación autonómica, es decir, por la cuota que corresponde en la Cámara Alta a los parlamentos de cada comunidad, un cargo al que accedió tras las pasadas elecciones andaluzas de 2022.
Ahora, da un paso al frente y le tocará lidiar con la mayoría del PP en el Senado, que además ha sacado adelante una reforma exprés para tratar de paralizar el proyecto de Ley de Amnistía, el eje de la investidura de Sánchez este mes de noviembre. El carácter dialogante de Espadas, frente a otros políticos en busca continua de titulares a través del exabrupto, marca la línea del PSOE para tratar de finalizar con la polarización que azota a la sociedad española. Al igual que Patxi López, designado portavoz en el Congreso, Espadas será una voz tranquila para el PSOE.
Con este nombramiento, se abren dos posibles interpretaciones. Por un lado, cabe la posibilidad de que Sánchez esté reclamando en Madrid a Juan Espadas para que pase directamente a la política nacional, convirtiéndose en un sostén del proyecto del presidente al dirigir a los senadores. La experiencia de Espadas ante asuntos clave estos próximos años como el medio ambiente han sido elementos favorables para relanzarle en el Senado. Y abre la puerta, además, a que, llegado el momento, no se descarte su nombre para retos mayores en esta legislatura, que ante la temperatura política implicará el desgaste, seguro, de algunos ministros socialistas durante los próximos cuatro años. Por ello, existe la posibilidad de que el nombramiento de Espadas implique su salto real y definitivo a la política en Madrid.
Por otro lado, la otra interpretación posible es que Pedro Sánchez haya decidido dar a Espadas un puesto de responsabilidad en el Senado que implica galones en el partido, un mensaje de que tiene su total confianza. Ante la ciudadanía, supone también ofrecerle un espacio que le dará visibilidad en informativos nacionales, entrevistas, declaraciones, ruedas de prensa... Es decir, una lectura que implica relanzar mediática y orgánicamente a Espadas para que pueda competir en las futuras elecciones andaluzas de 2026 ante Juanma Moreno con opciones reales de desbancarle, con opciones de recuperar la Junta, una obsesión del PSOE.
Internamente, en las primeras horas después de hacerse público el nombramiento de Espadas, no está claro si este movimiento de Sánchez significa sacarle de la política andaluza o, al contrario, reforzar su posición en Andalucía. Cierto es que ahora Espadas tendrán menos posibilidades para recorrerse Andalucía, acudir a encuentros, reuniones con colectivos, etc. Pero eso no cambia en exceso por el hecho de haber sido nombrado portavoz en el Senado, porque ya de hecho era senador desde 2022 y en el último año y medio no ha habido movimientos para desbancarle por eso. Además, el Senado es una cámara habitual para alcaldes de todos los partidos que compatibilizan sus cargos municipales con presencia nacional.
Además, según ha conocido lavozdelsur.es, Espadas ha realizado una remodelación de su equipo en el PSOE andaluz. No cargos políticos, sino de funcionamiento diario, como el equipo de comunicación. Por tanto, no sería lógico pensar que justo ahora fuese tiempo de 'mudanzas' para el líder de los socialistas andaluces. Las históricas corrientes del PSOE en Andalucía, además, están mediáticamente desaparecidas. No se han oído voces de peso criticando la Amnistía, por ejemplo, como sí han hecho algunos socialistas en otras comunidades. Ni asomos de rebeldías, ni fotos con los líderes que critican a Sánchez...
Posiblemente, Sánchez no descarte cambios futuros en el PSOE andaluz. Pero actualmente no tiene prisa. Cuanto más tiempo tenga para estudiar las posibilidades reales de Espadas de desbancar a Juanma Moreno, más acertada seguramente sea la decisión. Sánchez no se prodiga por actuar con celeridad. No tuvo prisa cuando decidió promocionar a Espadas para retar en primarias a Susana Díaz, que venía de perder la presidencia andaluza en diciembre de 2018. Tardó dos años y medio en ser apeada de la Secretaría General andaluza, en junio de 2021.
Comentarios