Vox volverá a cambiar un año después su estatutos y se convertirá en un partido aún más opaco. Impondrá mordazas a sus afiliados y tamizará aún más sus cuentas de financiación, según ha avanzado El País este jueves. La votación telemática se producirá este sábado y no habrá debate: solo sí o no al cambio de estatutos que plantea la cúpula comandada por Santiago Abascal.
Voces de la derecha, como el conocido periodista Federico Jiménez Losantos, han criticado con severidad este nuevo paso hacia las catacumbas. "Es de secta, es incompatible con la democracia", ha llegado a decir uno de los líderes de opinión conservadores en España durante su progrma matinal en la emisora EsRadio.
"La opacidad llegará al extremo de que ya no se sabrá quiénes son los miembros del Comité de Acción Política (CAP), el núcleo duro del partido que dirige el día a día de su actividad política", publica el referido diario generalista.
En plena tormenta por los acuerdos (o desacuerdos, caso de Extramadura) políticos con el PP, en la antesala de la campaña para las generales del próximo 23J, Abascal decide retorcer la democracia interna en su partido hasta casi anularla. "Los afiliados —recoge El País, aludiendo a los nuevos estatutos— estarán obligados a “guardar secreto” no solo de las deliberaciones, sino también, “en su caso, de los acuerdos de los órganos de gobierno y grupos institucionales” de los que formen parte. El incumplimiento grave de esta obligación dará lugar a la expulsión del partido".
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