Si algo está consiguiendo España durante estos días en la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) es proyectar una imagen cultural y patrimonial que se está convirtiendo en la envidia del resto de Europa. Tan sólo hay que ver las caras de los líderes que pasearon este jueves por la Alhambra, en Granada, el monumento más visitado del país. Ahora, los responsables de los países europeos tienen claro por qué esto es así.
La Alhambra dejó boquiabiertos a todos los presentes. Juntos, inmortalizaron el momento con una foto de familia en el Patio de los Leones. Antes, los mandatarios también habían tenido ocasión de recorrer previamente algunos de los enclaves más emblemáticos de este monumento, Patrimonio de la Humanidad.
Muchos de los mandatarios y sus acompañantes han mostrado gestos de asombro y admiración por la belleza del patio y se les ha podido ver haciendo preguntas e interesándose por algunos aspectos del patio así como de la vecina Torre de Comares, donde se han ido congregando. En todo momento, había presente personal del Patronato de la Alhambra para resolver cualquier duda. Entre ellos también se encontraba Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, invitado para mostrar unidad frente a Rusia.
Algunos, como el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, el primer ministro luxemburgués, Xabier Bettel, el presidente rumano, Klaus Iohannis, o la esposa del primer ministro de Eslovaquia no han dudado en sacar sus teléfonos móviles y tomar algunas fotos y vídeos.
Aquí se han formado algunos corrillos animados entre los asistentes, a la espera de que llegaran el resto de invitados. Los últimos en llegar a la Alhambra han sido el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, que mientras llegaban los primeros invitados aún estaba en el Palacio de Congresos dando una rueda de prensa.
Tras ello, el Gobierno español también preparó un espectáculo para mostrar las raíces culturales de Granada y Andalucía. La cantaora Marina Heredia y el guitarrista José Quevedo ofrecieron un pequeño concierto de flamenco antes de dirigirse al Parador de Granada para una cena de cocina andalusí obra del chef Paco Morales.
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