Cuatro de cada diez andaluces se enfadan si critican su acento

El Centro de Estudios Andaluces ha publicado un barómetro sobre la identidad andaluza en el que, entre otras cosas, muestra lo que sienten o piensan los ciudadanos cuando ven la bandera de Andalucía o escuchan el himno

Ilustración para pedir el voto en el referéndum andaluz de 1980, en una imagen del Archivo General de Andalucía.

El andalucismo como rasgo está en auge, hasta tal punto que el Partido Popular lo reivindica como algo inherente a la formación. Elías Bendodo, portavoz del Gobierno, hablaba en vísperas del 28F de un andalucismo moderno. Es obvio que se trata de un caladero de votos que ni siquiera la derecha quiere regalar. Incluso Manuel Gavira, portavoz de Vox, diferenciaba estas semanas entre sentirse andaluz y defender un modelo de estado sin autonomías.

El Centro de Estudios Andaluces, organismo dependiente de la consejería de Presidencia y encargado habitualmente de las encuestas sobre la intención de voto en Andalucía, ha publicado un estudio de opinión monográfico sobre la identidad andaluza. Unas preguntas que se echaban en falta en los barómetros ordinarios y que dejaba el mapa sociológico andaluz a medias.

En este estudio observamos que el sentimiento andaluz está despojado de ubicación ideológica. Una amplia mayoría de encuestados no lo sitúa ni en la izquierda ni en la derecha del espectro ideológico. En concreto, el 84% afirma que no piensa en ninguna ideología cuando habla de la bandera de Andalucía. Sobre esto, también es una cuestión relevante que casi el 70% se siente tan andaluz como español. Además, hay un empate técnico sobre la identificación de los andaluces con los himnos de Andalucía y España, al igual que con los escudos. El sentimiento por Europa no ha penetrado tanto.

Sí que es cierto que a la hora de mencionar a Andalucía, lo que primero se le viene a la cabeza a la mayoría es la figura de Blas Infante, un referente para la izquierda andaluza, aunque políticos de derechas también lo hayan reivindicado recientemente. Cuatro de cada diez sienten una emoción muy fuerte con la bandera o el himno.

Lo que más une a los andaluces son los ataques que recibe Andalucía, sobre todo cuando es en primera persona. Son muchos los ejemplos que se pueden poner para ilustrar la mofa o la crítica al acento de los andaluces cuando pisan cualquier otra comunidad autónoma. Si ocurre esto, cuatro de cada diez andaluces reconoce que se enfada, aunque una cuarta parte apuesta por la indiferencia.

La definición más generalizada sobre los andaluces es "abiertos de mente, pero defensores de sus tradiciones". Por su parte aunque la mitad de los encuestados señala que se ha logrado un nivel suficiente de autonomía, un 35% cree que se puede aspirar a mayor autonomía dentro de España.

Sobre el papel de las provincias tras la consecución de la autonomía sí hay mayor rivalidad. Seis de cada de los encuestados cree que la más beneficiada ha sido Sevilla, tres de cada diez apuestan por Málaga, y el 10% restante se lo reparten entre las demás.

 

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