Susana no está atrincherada, solo entretenida

¿Por qué Juan Espadas le pide a Susana Díaz que no dimita de la Secretaria General del PSOE-A?

Susana no está atrincherada, solo entretenida.

Ha pasado semana y media desde el 13J y Juan Espadas se ha quitado de encima con un par de gestos, ante el asombro general y en un plis plas, dos de las losas que le endosó durante la campaña de primarias su adversaria Susana Diaz

Primer gesto. Cuatro señoras y un señor, con Angeles Férriz como Portavoz del Grupo Parlamentario, desmontan visualmente la queja lastimera de Díaz de que se lo ponían difícil por el hecho de ser mujer. Ella, que ha llegado a lo más alto que nunca pudo soñar, precisamente por su curriculum político no puede hablar de machismo en el PSOE.

 

En todo caso cuatro señoras y un señor, todos diputados socialistas, serán quienes lleven la voz cantante en su intento de que se materialice el bautizado como ‘efecto Espadas’. Ellas ( y el granadino Gerardo Sánchez) liderarán en la cámara autonómica la principal oposición al ejecutivo de las derechas en lo que resta de legislatura, algo que hasta ahora fue uno de los reproches más utilizados contra la gestión de Díaz y sus dos años largos como jefa de la oposición.

Pero lo del machismo nadie se lo creyó en su día, es mas fue hasta motivo para sacar a pasear nuevamente el curriculum de Susana Díaz y no faltó la correspondiente dosis de guasa en la redes. Poner a mujeres para que se visualice en ellas la oposición parlamentaria no deja de ser un gesto que recuerda mucho al Sánchez de más ministras que ministros.

Segunda losa. Una segunda carga más difícil de levantar, ha sido (es) el haber sido marcado como “el hombre de Sánchez en Andalucía” tal y como hábilmente ha empezado a llamarle el PP a través de su portavoz Toni Martín, copiando sin duda el argumentario susanista.

Pero a pesar de las dimensiones de esa carga, lo sucedido este día de San Juan, podría interpretarse como el inicio de cierto distanciamiento (desde luego puramente táctico y estratégico) del candidato socialista con quienes le apadrinaron y patrocinaron desde Madrid.

Contra todo pronóstico (solo hay que ver las informaciones publicadas estos días por los colegas más y mejor informados) se ha hecho saber por parte de  Espadas que Susana no estaba ‘atrincherada’ en la Secretaría General y que había sido él personalmente quien le pidió expresamente que no dejase el cargo al frente del partido en San Vicente. 

¿Por qué? Espadas ha explicado con cierto desparpajo que la dimisión de Susana como SG supondría de facto la creación de una gestora nombrada por Madrid y que no estaba dispuesto a contemplar esa solución en su ya de por sí compleja hoja de ruta. 

Los periodistas presentes no daban crédito a lo que acababan de escuchar y en la calle, la gente más o menos interesada por el culebrón, tampoco.

¿Qué había sucedido? Veníamos oyendo hace días las ganas que tenían muchos en el sanchismo por jubilar a Susana Díaz, algunos incluso con demasiadas prisas, dejándose llevar más por  el instinto primario de ajustar cuentas que por la preparación de la costura que tanto necesita el PSOE-A.

En las paredes de la sede de San Vicente Susana tiene que escuchar voces del más allá, psicofonías otoñales del Tenorio adelantadas a junio, ‘los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud’. 

Pero de pronto Espadas hace dos cosas muy rentables para la urgente unidad que necesita el PSOE andaluz como el comer y que es su principal responsabilidad en estos primeros tramos. Por un lado saca a Susana del barro del desprestigio político donde se metió ella sola la noche de su segunda gran derrota, la del 13J, al no dimitir tras comprobar que no gozaba de la confianza de una abultada mayoría de la militancia andaluza. Y de paso, con este reconocimiento público de la verdad, Juan Espadas le da a Susana el único mimito que ha recibido la política trianera en  estos días tan aciagos para ella, gesto que humanamente cala en la gente no instalada en el rencor o el cobro de facturas del pasado inmediato.

Pero queda una triple carambola que, aunque pueda parecer arriesgada, puede que le resulte la mas rentable de todas. Quitarse el sambenito que Susana le encasquetó como ‘el candidato de Madrid’, o lo que es lo mismo, ‘el hombre de Pedro en Andalucía’.

Pedirle a Diaz que continue de SG para evitar que Ferraz meta la mano en los destinos del partido en Andalucía vía gestora, era la típica oferta que la lideresa no podría rechazar jamás y bajo ningún concepto político. ¿Como no va a estar de acuerdo Susana con la autonomía de decisión del PSOE-A ,tantas veces reivindicada y convertida en su particular bandera indepe durante el debate de primarias?

Esta podría ser una de las lecturas de este giro de acontecimientos en el devenir de la crisis interna del PSOE andaluz. Desde luego puede que no sea la lectura correcta o que responda a las verdaderas intenciones, pero lo cierto es que el candidato ha logrado el efecto descrito y que, aparentemente, no le perjudica en el proyecto que se ha trazado.

Lo que sí habría que tener claro es que, pese a esa apariencia de marcar distancias con Ferraz, Juan Espadas no romperá la fuerte alianza que le une con la dirección federal. Y sí, parece cierto, Susana no está atrincherada, simplemente la tienen entretenida. 

Este artículo se publicó originalmente en Confidencial Andaluz.

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