"¿Esto también es una puerta giratoria?", andan cuestionando en Twitter después de que el pasado viernes el Papa Francisco recibiera en la Santa Sede a la nueva embajadora española en el Vaticano, la ex ministra de Educación y ex portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez, Isabel Celaá. De mantilla, como manda el protocolo, ésta ha presentado sus credenciales en audiencia protocolaria en el Palacio Apostólico del Vaticano, lo que ha marcado oficialmente el inicio de su representación diplomática.
Con una foto de ambos posando en la Santa Sede, el exvicepresidente Pablo Iglesias ha difundido en la red social del pajarito uno de los comentarios con más retranca sobre un puesto por el que Celaá percibirá un sueldo neto mensual de 20.000 euros, añadiéndole además residencia y servicio doméstico. "Este era el puesto que yo quería. Tan ricamente estaría yo en Roma bien cerca de Dios, del camarada Bergoglio y de las trattorie del quartiere San Lorenzo… Pero me tuve que conformar con hacer un puto podcast —en alusión al espacio que tiene en el diario Público— y dar la brasa cada día… Así es la vida".
Como recogía La Voz de Galicia cuando Pedro Sánchez propuso a Celaá para el puesto, "a la base salarial de unos 5.000 euros hay que incorporarle varios complementos multiplicadores manejados de forma opaca por la administración. También la disponibilidad de coche oficial o dinero en concepto para gastos de representación".
"¡Muchas gracias por venir con la peineta!", espetó el Pontífice con una sonrisa después de que Celaá —como se ha dicho, de negro riguroso, como marca el protocolo, y con mantilla— le enseñara las cartas credenciales que la acreditan como embajadora de España ante la Santa Sede, según se puede observar en un vídeo difundido por Rome Reports y del que se ha hecho eco Europa Press.
El departamento de comunicación de la legación diplomática con sede en la plaza de España, a 500 metros de la Fontana di Trevi, emitió una nota en la que señalaba que el encuentro con el Papa duró unos 30 minutos, y comenzó con el saludo protocolario en la llamada Sala del Trono. La nueva embajadora acudió con su familia a la cita en el Vaticano y presentó al Papa a su marido, sus dos hijas y algunos familiares, así como al personal diplomático de la embajada.
Celaá, nacida en Bilbao en 1949, ha obsequiado al Pontífice con un rosario de la Cartuja de Burgos y una pequeña estatua del busto de San Ignacio, de parte de una comunidad jesuita del País Vasco. Como es habitual, el Papa, por su parte, le ha regalado una copia de sus principales textos magisteriales, además de un rosario bendecido.
Licenciada en Filosofía y Letras/Filología Inglesa y en Derecho, Isabel Celaá, que salió del Gobierno en la crisis del pasado verano, es ex ministra de Educación —impulso la polémica Ley Celaá, la Lomloe, que entre otras cosas proponía dejar de ofertar Religión en las aulas— y ex portavoz del Gobierno. También ha sido diputada del PSOE en el Congreso de los Diputados en las XIII y XIV Legislaturas y parlamentaria por el mismo partido en el Parlamento vasco. En su última declaración de bienes notificó un patrimonio familiar de unos 4 millones de euros.
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