Cuando se recuerda a Julio Anguita, una de las cosas que se ponen en valor fue su capacidad para seguir con su vida rutinaria una vez que salió de la política. Su vida era la enseñanza en la educación pública. Años después, en Andalucía, ese mismo movimiento lo repitió Antonio Maíllo al dejar su acta de diputado en el Parlamento de Andalucía para volver a dar clases en un instituto.
El 1 de septiembre comenzaba el curso escolar para los profesores - los alumnos aún tendrán varios días más - y entre las novedades estaba la incorporación de Daniel González Rojas, concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Sevilla. Sin esperarlo recibió la llamada para cubrir una vacante que se prolongará todo el curso. González Rojas, conocido en redes como rojosevillano, comenzó en la política institucional hace siete años, siempre ha tenido claro que simplemente sería una etapa, "tenia claro desde que empecé que iba a ganarme la vida fuera". De momento, compatibilizará su tarea de profesor con el cargo en el Ayuntamiento, pero tiene claro que esto aclara su futuro.
Aunque aún no se ha presentado a las oposiciones correspondientes, la bolsa extraordinaria puesta en marcha por el covid le permitió ya el año pasado cubrir una breve sustitución. Este año esperaba que sucediera algo parecido, "creía que a lo mejor me llamaban para una baja, pero no para todo el curso. Esto me aclara las dudas sobre si presentarme [a las oposiciones]", declar a lavozdelsur.es. Ya lo había manifestado en sus redes sociales cuando dio a conocer esta circunstancia, pero se reafirma al señalar que afronta esta oportunidad "ilusionado porque desde pequeño he querido ser profesor".
🍎 Esta mañana he tomado posesión como profesor de secundaria en un instituto. El curso pasado sólo estuve pocos días cubriendo una baja, así que esto es un paso importante y emocionante para alguien que siempre quiso ser profesor.
— Daniel González Rojas 🔻 (@rojosevillano) September 1, 2022
Su rostro dentro de la política municipal sevillana es uno de los más conocidos por su actividad como portavoz de Izquierda Unida. Los estatutos de la formación le impedían presentarse una vez más, pero esto acelera el proceso de renovación de cara a las municipales de 2023. Reconoce que aún está "más perdido que el barco del arroz" cuando pasa las puertas del instituto.
Ser un cargo político no le quita el sueño y de hecho asegura que "no creo que sepan quién soy a no ser que me busquen", entre otras cosas porque el centro educativo no se encuentra en la capital hispalense, aun así es consciente de que será un tema que haya que abordar dentro de poco debido a que tendrá que seguir asistiendo a los plenos municipales y las comisiones ya que es un derecho que está reconocido, "no me preocupa porque me organizo bien. Tengo la cabeza cuadriculada", afirma. Eso sí, afecta a la situación del grupo, "tendremos que organizarnos internamente para que otros compañeros cojan tareas".
Es novato con los adolescentes, pero experto en tratar con concejales de otros signos políticos. Pese a que "no es lo mismo", si es cierto que "la política institucional te da tablas para manejarte". González cree que puede trasladar muchas de las cosas aprendida en la política institucional a las aulas pero sobre todo cree en el camino contrario, de las aulas a las instituciones, para llevar a Plaza Nueva - sede del Consistorio sevillano - "esa experiencia de la educación y esa realidad que no está dentro del Ayuntamiento". "La gente que lo ha compaginado me dice que es una cosa bonita. Que se puede compaginar y que en un instituto se puede aprender", apunta.
Sobre su función en las aulas lo tiene claro. De entrada rechaza que, en el momento que deje definitivamente su acta de concejal, deje de ser político, "en cualquier caso se pierde un cargo público, no un político porque voy a seguir haciendo política". Pero este no es el objetivo que tiene con sus alumnos, a los que les impartirá la asignatura de informática, es decir, teoría de la información y la comunicación, "hay que hacer que piensen por si mismo. Muchas veces vienen contaminados por la television o redes", expresa ante la llamada de este medio. "Ser concejal y haber estado siete años en una institución me da herramientas para enseñar a los chavales a ser críticos, que es el objetivo".
Si bien su función va a ser formar a adolescentes, tampoco olvida lo que le puede aportar a él esta 'nueva vida', "hay que refrescarse. Estar dentro de los problemas internos de las organizaciones te hace perder perspectiva. Cuando estás cómodo en la silla, pierdes perspectiva en lo que es la ciudad y la sociedad". Además, con esto, también cree que recuperará privacidad en su día a día, "es necesario airearse, tenemos nuestra vida y salud mental y hay que cuidarla. Muchas veces la política es incompatible con tener vida personal", cuenta González.
No descarta tener en el futuro otro cargo público, tampoco piensa en ello, pero sí que tiene claro que, en una época donde las puertas giratorias siguen a la orden del día se va a la educación pública porque "no le debo favores a nadie y mi pan me lo gano con mi esfuerzo, que eso en política, por desgracia, no lo puede decir mucha gente".
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