España ha dado un paso histórico en la defensa de los derechos humanos y la representación del pueblo gitano al situar, por primera vez, sus demandas políticas en el centro del Foro de las Minorías de Naciones Unidas.
La directora general de Igualdad de Trato y No Discriminación y contra el Racismo del Ministerio de Igualdad, Beatriz Carrillo de los Reyes, lideró la intervención española en Ginebra, marcando un hito sin precedentes al reivindicar el reconocimiento del pueblo gitano como sujeto pleno de derechos y actor político global.
Carrillo enfatizó que el pueblo gitano “no es una minoría, sino un pueblo de más de 14 millones de personas”, cuya contribución a Europa y al mundo ha sido históricamente infravalorada y silenciada en los espacios de decisión. Alertó sobre su falta total de representación en el Parlamento Europeo y en el Congreso de los Diputados, un “déficit democrático” que condiciona su futuro y limita su influencia política.
"Europa, por ejemplo, con 12 millones de ciudadanos y ciudadanas gitanas, no puede comprender su cultura, su música, su comercio, su creatividad ni su democracia sin nuestra presencia", remarcó Carrillo, quien añadió que "a pesar de ello, seguimos fuera de los centros de poder: de los 720 escaños del Parlamento Europeo, ninguno está ocupado por una persona gitana. Y en mi país, España, en los 350 escaños del Congreso tampoco hay presencia gitana".
Reconocimiento y liderazgo político
Durante su intervención, Carrillo subrayó que ninguna estrategia internacional será efectiva si las comunidades gitanas no hay una participación activa en los procesos de toma de decisiones. Defendió que el pueblo gitano debe ocupar un lugar central en las agendas globales, al mismo nivel que objetivos como el desarrollo sostenible, la igualdad de género, la acción climática o la economía.
"Después de tantos siglos de expulsiones, persecuciones, segregación y políticas de exterminio un pueblo ¿Creen ustedes que puede construir su futuro desde la exclusión, desde la discriminación, desde la amenaza?", preguntó Carrillo.
La representante española destacó los avances legislativos de España, como la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación y la tipificación del antigitanismo en el Código Penal, medidas que refuerzan el compromiso del país contra todas las formas de discriminación.
Tres prioridades estratégicas para la ONU
Carrillo planteó tres líneas de acción urgentes: integrar al pueblo gitano en las estrategias globales como actor político, crear un mecanismo estable dentro de los Procedimientos Especiales de la ONU con seguimiento anual y garantizar su acceso a puestos de poder político, económico, académico y mediático.
La delegación española llegó a Ginebra en un contexto internacional complejo, reafirmando su compromiso con la inclusión, la justicia social y la protección de los derechos fundamentales. Antes de su intervención, Carrillo fue recibida por el Embajador de España ante Naciones Unidas, Marcos Gómez, y mantuvo un encuentro bilateral con Dimiter Chalev, jefe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.



