El PSOE de Andalucía ha sido tradicionalmente el sostén del PSOE. Sin Andalucía era imposible dirigir el partido desde Madrid independientemente de la procedencia del secretario general de turno. En los últimos años, los socialistas andaluces han vivido un proceso interno complicado que parece estar finalizando.
En 2017 Susana Díaz dio un órdago que en realidad fue el órdago de (casi) toda la federación. Y lo perdió junto a gran parte de la militancia. Pedro Sánchez ganó las primarias pese a que el 63% de los socialistas andaluces votaron en su contra. Fue el final de una era y el principio de otra. Andalucía, inevitablemente, perdía poder orgánico en el partido. Poco después eso también se traduciría en la pérdida de poder político y territorial con la pérdida de la Junta de Andalucía, agravando la situación.
Han sido años de transición por el desierto con una ruptura interna dentro del PSOE-A que ya pocos niegan. Sin embargo, la última consulta a la militancia puesta en marcha para avalar los pactos de Pedro Sánchez han mostrado que los socialistas andaluces siguen siendo una pata fundamental dentro del entramado orgánico. Antes, los resultados de las generales, pese a que el PP fue primera fuerza, también mostraron la fortaleza de los socialistas andaluces.
La militancia del PSOE ha votado esta semana si respalda los pactos del partido para la investidura de Pedro Sánchez. La pregunta era genérica, aunque lógicamente iba destinada a tener argumentos para defender el acuerdo con Carles Puigdemont sobre la amnistía.
Los resultados ya son conocidos y no soprenden a nadie. El 87% de los participantes han respaldado los acuerdos. El porcentaje ha sido estable en todos los territorios y sólo ha llamado la atención el leve bajón en la Castilla-La Mancha de Emiliano García-Page. Allí, Sánchez ha encontrado un respaldo de algo menos del 80%.
Pero volviendo a Andalucía hay dos cosas que quedan bastante claras. En apenas cinco años Pedro Sánchez ha conseguido darle la vuelta a la tortilla en la comunidad. El apoyo que recibe es mayoritario, incluso por encima de la media nacional, con un 88% de los votos afirmativos. Más de 25.000 militantes andaluces dieron su sí a la consulta. Sánchez, en total, recibió 95.000 avales. Es decir, uno de cada cuatro socialistas que respalda los pactos es andaluz.
Lo segundo sirve como refuerzo orgánico para los socialistas andaluces. Pese a los recientes varapalos y enfrentamientos internos en la última década, se mantiene como la federación con mayor número de afiliados y además con un enorme margen. El censo total era de alrededor de 172.000 personas. Más de 43.000 eran andaluces. De nuevo uno de cada cuatro, un 25% del total. Un 7% más del peso poblacional que tiene Andalucía en España (18%). Muy lejos de la segunda, la Comunidad Valenciana y sus 18.000 afiliados.
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