Desde que ganó las elecciones el 19 de junio, Juanma Moreno, recientemente investido como presidente de la Junta, quiso dejar claro que no gobernaría utilizando un "rodillo". Ponía de ejemplo a los gobiernos socialistas que habían logrado una mayoría absoluta para distanciarse de ellos y seguir con la imagen de persona moderada y dialogante.
Con ello ha insistido durante el debate de su investidura. Partidos opuestos, como Por Andalucía, por boca de Inmaculada Nieto, hasta le agradecieron el tono y la declaración de intenciones. Pero el diálogo durante el debate fue especialmente fluido con Vox, como ya ocurrió la legislatura pasada. Moreno, en campaña, marcó claramente distancias con la formación de extrema derecha después de ver lo sucedido en Castilla y León. Incluso, la mayoría del PP se debe a la percepción de los populares como voto útil para parar a Vox.
Pero una vez iniciada la legislatura la situación es distinta. Tras una campaña llena de errores y con un tono agresivo e impostado, Macarena Olona ha girado su postura. Se presentó en el Parlamento dispuesta a negociar con la mejor de sus sonrisas. El inicio de su discurso fue dedicado exclusivamente al PSOE y a su rechazo a las políticas socialistas. Volvió a tender la mano a Moreno, y Moreno se la tendió a Olona.
La semana de antes, el PP había cedido a la extrema derecha una vicepresidencia en la Mesa a cambio de nada por "generosidad". Desde Vox quisieron dejar claro que no había habido negociación. A pesar de las líneas rojas, parece que no hay un rechazo frontal y hasta se intuye una buena sintonía entre sus líderes. Cuando llegó el momento de votar, estaba claro que Moreno sería presidente, pero se desconocía el sentido del voto de Vox. La duda se despejó con una abstención. "Afectuosa abstención" en boca de Olona. Todo gratis porque no hacía falta.
A pesar de todo, la segunda intervención de la líder de Vox había sido agresiva, pero de nuevo en contra de la izquierda y reivindicando la batalla cultural. Olona habló de fronteras seguras, universalidad de la cruz, lobbys ideológicos, fanatismo climático o de "comprar los votos de hoy con los muertos del 36". Moreno puede prescindir de Vox durante la legislatura, pero el primer pleno plantea muchas dudas sobre esto.
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