Tenía 13 años y ha perdido la vida en la ciudad de Járkov tras un nuevo bombardeo de las tropas rusas en la guerra de Ucrania.
La sobrecogedora imagen de su cuerpo yacente y la de su padre, arrodillado junto a él, sujetando la mano de su hijo muerto, está dando la vuelta al mundo.
Casi 150 días después de que comenzar la guerra, la muerte sigue golpeando a diario al pueblo ucraniano. En esta ocasión, un misil dejaba sin vida, además del joven referido, a varias personas.
Casi 400 niños han muerto desde que Rusia tomó la decisión de invadir Ucrania. Más de 700 han resultado heridos hasta la fecha.