Las principales casas de apuesta han sacado desde hace días la posibilidad de tratar de ganar dinero en base a quién será el nuevo Papa. El cónclave comienza el próximo miércoles. Hasta entonces, como poco, tocará esperar. Y si bien hay quien dice que quien entra como Papa en el cónclave sale como cardenal -es decir, que nunca quien se sienta favorito resulta elegido-, lo cierto es que hay nombres que suenan con fuerza.
Pietro Parolin
Encabezando las apuestas con una probabilidad implícita del 31%, según Sky Bet, se encuentra el cardenal italiano Pietro Parolin. Actual Secretario de Estado del Vaticano, Parolin actúa como el principal articulador de la política diplomática de la Santa Sede desde 2014, desempeñando un papel clave en asuntos como las relaciones con China o el conflicto en Ucrania.
Conocido por su perfil moderado, su experiencia en la Curia y su habilidad para el equilibrio institucional, muchos lo ven como una figura de continuidad y pragmatismo. Su elección sería interpretada como una reafirmación de las reformas de Francisco, aunque con mayor énfasis en la estabilidad interna.
Luis Antonio Tagle
Le sigue de cerca el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, con un 22% de probabilidades y una cuota de 7/2. Tagle, de 67 años, ha sido uno de los rostros más cercanos al difunto pontífice, tanto por su estilo pastoral como por su enfoque inclusivo y su preocupación por las comunidades marginadas.
Con una destacada trayectoria como arzobispo de Manila y actual responsable de evangelización en el Vaticano, su elección significaría un hito histórico: sería el primer Papa asiático y un claro guiño al crecimiento del catolicismo en esa región. Apodado “el Francisco asiático”, Tagle simboliza un modelo de Iglesia global, compasiva y cercana a los desfavorecidos.
Peter Turkson
En tercer lugar se encuentra el cardenal Peter Turkson, de Ghana, con un 17% de posibilidades y cuotas de 5/1. Figura destacada en la defensa de la justicia social, el desarrollo sostenible y la paz, Turkson ha ocupado puestos clave en el Vaticano, como el de prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y, más recientemente, canciller de las Academias Pontificias de Ciencias.
A sus 76 años, Turkson es considerado un referente moral en el sur global y su elección supondría el regreso de un Papa africano tras más de 1.500 años. Además, sería el primer Papa negro. Su perfil humanista y su compromiso con causas globales como el cambio climático lo colocan como una alternativa sólida en un escenario que busca equilibrio entre tradición y renovación.
¿Y si fuera español? ¿Y las posibilidades de otro hispanohablantes?
En cuarto lugar, si es el italiano Matteo Zuppi hay casas de apuestas que le ponen en cuarto lugar, pues también cuenta con un fuerte respaldo dentro del Colegio Cardenalicio, gracias a sus trayectorias pastorales y experiencia en el Vaticano.
En este amplio abanico de posibilidades, también figuran varios cardenales de países hispanohablantes. Entre ellos, se encuentran el chileno Fernando Chomalí Garib (+2200), el español Cristóbal López Romero (+2000), el mexicano Norberto Rivera Carrera (+4000), el español Antonio Cañizares Llovera (+5000), el uruguayo Daniel Sturla (+5000), el nicaragüense Leopoldo Brenes (+2800), el brasileño Orani João Tempesta (+2500), y el hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga (+3500), este último con una larga trayectoria como uno de los más cercanos colaboradores del papa Francisco. Su presencia resalta la relevancia creciente del mundo hispano en la Iglesia católica global.
Aunque estos nombres tienen cuotas poco probables a simple vista, no se puede descartar ninguna posibilidad en un cónclave, donde los equilibrios geográficos, lingüísticos y doctrinales juegan un papel crucial. La figura del próximo Papa podría representar una continuidad del legado reformador de Francisco o una nueva etapa más conservadora o centrada en otras prioridades, y en ese contexto, el mundo hispano también podría dar una sorpresa.
Todo preparado
El cónclave se celebrará bajo un estricto aislamiento en la Casa Santa Marta, sin acceso a teléfonos, internet ni medios de comunicación. La votación comenzará con un escrutinio el primer día, seguido de hasta cuatro votaciones diarias hasta que un candidato logre los dos tercios necesarios—al menos 90 votos—para ser proclamado Papa.
La duración es incierta: mientras algunos cónclaves se han prolongado por años, el último concluyó en apenas dos días. Una vez alcanzado el consenso, la fumata blanca anunciará al mundo que hay un nuevo pontífice. La fórmula "Habemus Papam" volverá a resonar desde el balcón central de la basílica de San Pedro, marcando el inicio de una nueva etapa para la Iglesia católica.
Más allá del juego especulativo, el relevo papal representa un momento definitorio para una institución con 1.370 millones de fieles en todo el mundo. La elección del próximo Papa será también una señal política y espiritual sobre el rumbo que la Iglesia desea tomar en un siglo marcado por profundas transformaciones.



