Muere un niño de 11 años de un tiro tras llamar de broma al timbre de una casa

Fue una travesura infantil en Houston que terminó en tragedia mientras jugaba a tocar timbres y huir. La policía investiga los hechos

Agente de policía de Houston en el lugar del asesinato.
01 de septiembre de 2025 a las 19:02h

Conmoción en Houston este fin de semana tras un desgraciado suceso. Un niño de 11 años falleció el domingo después de recibir un disparo la noche anterior mientras participaba en una broma infantil junto a otros menores, que consistía en tocar el timbre de una vivienda y salir corriendo antes de que alguien abriera la puerta.

El menor fue trasladado de urgencia a un hospital local, pero no pudo sobrevivir a la gravedad de las lesiones. Según informó el Departamento de Policía de Houston, la identidad de la víctima aún no ha sido revelada a la espera de notificar oficialmente a la familia.

Una investigación abierta

El portavoz policial Shay Awosiyan confirmó que el caso sigue bajo investigación y que, hasta el domingo por la noche, no se había practicado ninguna detención. Tampoco se ha determinado si el disparo fue realizado por un residente de la vivienda o por otra persona. “Seguimos recabando pruebas y testimonios para esclarecer cómo se desencadenó el tiroteo”, señaló Awosiyan en declaraciones a medios locales.

El trágico suceso pone de nuevo el foco sobre la facilidad con la que una broma inocente puede transformarse en una tragedia, especialmente en un país donde la posesión de armas está tan extendida.

Bromas que acaban en tragedia

No se trata de un caso aislado. En 2023, un hombre del sur de California fue condenado a cadena perpetua tras embestir intencionadamente con su coche a tres adolescentes que habían tocado su timbre, provocando la muerte de todos ellos.

Más recientemente, en mayo de este año, un vecino de Virginia fue acusado de asesinato en segundo grado por disparar contra un joven de 18 años que grababa un vídeo para TikTok reproduciendo la misma travesura.

Los paralelismos entre estos episodios subrayan la peligrosidad creciente de una práctica que, en otro tiempo, era vista como un simple juego entre adolescentes. Hoy, sin embargo, cada vez con más frecuencia, acaba en violencia mortal.

El caso de Houston no solo ha encendido las alarmas sobre la seguridad infantil, sino que también reabre el debate sobre el acceso a las armas y la responsabilidad de los adultos en este tipo de tragedias.

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Kiko Abuín

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