Hay un estupendo artículo de Norman Mailer sobre el mítico combate de los pesos pesados entre Muhammad Alí y George Foreman, que se celebró en Kinsasa, la capital del Congo (entonces Zaire). En el texto, Mailer destaca que Foreman –que al parecer tenía una pegada tremenda– le estaba dando más que una estera a Alí, el más grande, y que éste, mientras recibía, le decía una y otra vez: "¿es esto todo lo que pegas?", "¿es esto todo lo que pegas?", para desanirmalo. O para cabrearlo. Y vaya si lo consiguió porque Alí ganó el combate. En el octava asalto.
Esa anecdota le ha venido a la cabeza a este cronista con el tema de Eurovisión. ¿Esa es toda la pegada de España, amenazar a Israel, el país al que tilda abiertamente de genocida, con no ir a Eurovisión? ¿Eso puede abrir, como ha ocurrido, un telediario? El caso es que ya venía el ministro de Cultura, el señor Urtasun, amenazando con esta posibilidad desde la semana pasada, tal vez como acción complementaria a cargarse La Vuelta (tal vez para una década) y, al final, de manera 'independiente', el presidente de RTVE, José Pablo López, se ha animado a lanzar esa diatriba a Israel: o tú o yo, pero solo puede quedar uno en Eurovisión (España se convierte así en el quinto país en proponer el boicot, detrás de Holanda, Irlanda, Eslovenia e Islandia, pero es el primero de los países grandes –Francia, Alemania, Italia y Reino Unido– en hacerlo).
En realidad se trata de una propuesta acorde con los tiempos líquidos que corren: Un país se carga a 65.000 personas –y la forma de vida de otros 2 millones tras devastar toda la Franja de Gaza– y otro amenaza con que no va a compartir tablas en un festival de música. Vaya, lo que viene siendo un 'quid pro quo'. Cabe imaginarse hoy a la hora del almuerzo al señor Netanyahu cuando le informaron de la noticia: "Señor presidente, que España amenaza ahora con no ir a Eurovisión si...". Netanyahu dejó de comer, pensó un momento en España y sonrió mientras se acordaba de un viejo artículo de Norman Mailer: "¿es eso todo lo que pegas?".